¿WhatsApp, Signal o Telegram? Cuál es mejor este 2021

No es que sea la sorpresa del siglo la noticia de que WhatsApp va a hacer con sus usuarios lo mismo que hace Facebook con los suyos, teniendo en cuenta que ambas empresas son propiedad del mismo dueño.

Pero la confirmación oficial de que el agua moja supuso de inmediato una avalancha mundial de descargas, de otras aplicaciones de mensajería.  ¿Se justifica esta aparente migración? ¿Es una migración, realmente? ¿Las alternativas son mejores? ¿Iguales? ¿Peores? ¿Más o menos seguras?

En este artículo les hablaremos de algunas de las más descargadas en estos días, el motivo de la creciente desconfianza hacia WhatsApp y aclararemos si las demás están totalmente libres de pecado… o apenas un poco.

Las nuevas condiciones de privacidad en WhatsApp.

El 4 de enero, WhatsApp dio un ultimátum a sus usuarios: para seguir utilizando el servicio tendrían que elegir entre aceptar las nuevas reglas de privacidad (y hacerlo antes del 8 de febrero) o abandonar la plataforma.

Entre las nuevas condiciones de servicio se incluye la aceptación explícita de que los datos de la actividad de los usuarios de WhatsApp  serán compartidos con Facebook. Las nuevas reglas, por cierto, no se aplicarán a Reino Unido y Unión Europea para no contravenir algunos aspectos del Reglamento General de Protección de Datos que rige allí. 

Inmediatamente, tras el anuncio y a nivel global, se produjo un aluvión de descargas de otras aplicaciones de mensajería rivales, lo que llevó a la empresa a aclarar que su anuncio se había malinterpretado, que no era lo que parecía y que ampliaban el plazo para aceptar las nuevas condiciones del uso de WhatsApp hasta mayo 2021

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En su comunicado, WhatsApp aclaró que los mensajes que se hagan a través de esa plataforma seguirán encriptados y que ni ellos ni Facebook ni terceros sabrán de qué hablamos en nuestras conversaciones con colegas, amigos o familiares. Pero eso es un poco como que te acusen de robar un banco y tú contestes «yo no he violado a nadie». 

Porque la preocupación ante el anuncio de WhatsApp no es que Mark Zuckerberg vaya a husmear en nuestros chats para extraer jugosos chismes que comentar en la sobremesa con su esposa. La preocupación radica en lo que su grupo empresarial va a hacer con los metadatos de la actividad de los usuarios de WhatsApp. 

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Hacemos lo posible por no ponernos muy ‘nerd’ cuando abordamos estos temas, evitando mencionar demasiados conceptos técnicos como, por ejemplo, metadata. Pero resulta imposible pasarlos todos por alto. Menos en este caso, porque la metadata es para Facebook como el oxígeno para la vida en la Tierra. 

Como explicó el experto en seguridad informática Damián Fossi, cada vez que hacemos algo a través de las redes (sea publicar, enviar un mensaje o una foto, aceptar un nuevo amigo o seguidor, dar un ‘like’, realizar una búsqueda, visitar una web) se genera un metadato. 

Todos estos metadatos se relacionan entre sí y se combinan con los de otros usuarios, dando lugar a lo que se conoce como ‘Big Data’. Y ese inmenso conjunto de datos sobre la actividad de los usuarios en Internet vale oro para empresas, formaciones políticas o gobiernos, porque es la forma en la que pueden determinar los gustos, necesidades, opiniones sociales y políticas de miles de millones de personas en todo el mundo.

Cuando, por ejemplo, una empresa quiere publicar anuncios en redes y dirigirlos a un público específico, puede hacerlo de esta manera de forma mucho más práctica, económica y masiva que cualquier encuesta. 

A una empresa de productos para mascotas le resulta mucho más económico y eficiente pagar anuncios que verán solamente personas que frecuentan webs sobre animales de compañía o que dan ‘like’ a publicaciones sobre juguetes para animalitos que colgar un cartel gigantesco en la autopista y cruzar los dedos para que pasen muchos dueños de gatos por ese lugar. 

Y fue así como Mark Zuckerberg se convirtió en una de las personas más ricas del mundo, no conectando a amigos de la escuela secundaria que no se veían desde el día de su graduación. 

La facebookización de WhatsApp.

Esta ‘facebookización’ de WhatsApp se veía venir desde hace tiempo; fue comprada por el gigante de las redes sociales Dos años después, se consultó a los usuarios de WhatsApp si querían que sus datos fueran compartidos con Facebook o no como un primer paso hacia la obligatoriedad que se avecina ahora.

Según Ariadna Matamoros, investigadora de medios digitales, todos estos cambios indican que Mark Zuckerberg busca convertir paulatinamente a WhatsApp en una aplicación cada vez más orientada al comercio electrónico. Esto, inevitablemente, lleva a compartir la metadata de los usuarios con terceros; fundamentalmente, empresas pero, en general, cualquiera dispuesto a pagar a cambio de obtenerla.

El propio WhatsApp no niega el viraje de su modelo y afirma que, con estos cambios, solo busca hacer que las comunicaciones entre usuarios y empresas sean cada día más seguras y fáciles. 

Ante toda esta polémica, las rivales directas de WhatsApp viven un auténtico festival de descargas desde el anuncio de la empresa y su posterior «nunca dijimos eso; o sea, sí lo dijimos, pero lo haremos después, para que tengan tiempo de asumirlo». 

La historia de Telegram.

Telegram vivió un aumento nunca visto de descargas en la semana posterior al comunicado inicial de WhatsApp.

Signal multiplicó sus descargas semanales pero: ¿Qué sabemos de estas aplicaciones? ¿Son más o menos seguras? ¿Garantizan la privacidad de sus usuarios? ¿En qué se parecen y en qué se diferencian de WhatsApp? 

Telegram fue creada por el Ruso Pavel Duróv en el 2013. Después de haberse hecho inmensamente rico con la exitosa red social VKontakte, una de las más populares en el este de Europa.

Aunque existen redes con más usuarios a nivel global, como WeChat o Line, actualmente Telegram es considerada la principal rival de WhatsApp por el crecimiento global que ha venido experimentando. 

Funciones básicas de Telegram.

En sus funciones básicas se parecen mucho:

  • Enviar mensajes de texto.
  • Enviar mensajes de voz.
  • Videos.
  • Archivos.
  • Realizar llamadas de audio.
  • Realizar Video llamadas.

Telegram vs WhatsApp

Pero Telegram presenta diversas mejoras: al contrario que WhatsApp, permite editar o corregir mensajes ya enviados, reproducir los mensajes de audio a mayor velocidad, chats secretos con la posibilidad de enviar mensajes que se autodestruyen a los segundos de haber sido leídos o que te advierten si el receptor hizo captura de pantalla, etc. 

Además, pueden crearse canales públicos donde pueden leerte y comentar personas que no tienes en tu agenda telefónica ni ellos a ti en la suya como, por poner un ejemplo cualquiera entre muchos, aquí está el canal de Telegram de Factores de poder. ¡Suscríbanse!

 Pero tal vez la mayor potencialidad de Telegram esté en los llamados bots, que te permiten tener en tu aplicación una serie de subaplicaciones que realizan variadas funciones.

Por ejemplo, convertir texto en audio, transcribir audios a texto, buscar libros en línea, hacer traducciones o escuchar música.  Cada uno funciona como un chat, como si tuvieras un amigo traductor con el que chateas y al que le envías un texto y él, de inmediato, te lo devuelve traducido al idioma que quieres.

O una amiga DJ con una inmensa discoteca a la que le solicitas escuchar un tema y, de inmediato, te lo hace llegar.  Usando varias de estas subaplicaciones o bots te ahorras tener que instalar mucha ‘app’ específicas en tu celular.

Y, al funcionar en modo nube (es decir, en servidores remotos), lo que veas o hagas en Telegram no se queda en tu celular si así no lo especificas, pero puedes descargarlo cuando quieras: años después, incluso.

En este aspecto, la única precaución importante a tener en cuenta es que hay que borrar el caché de Telegram de vez en cuando para liberar memoria en el celular. 

Lo cierto es que la comparación de funciones y potencia con WhatsApp es comparar un F1 vs un Carro particular; Pero no todo son aplausos, también hay dudas y polémicas. 

¿Podría ser Telegram inseguro?

Telegram no usa el sistema de cifrado de extremo a extremo por defecto, sino solo a través de sus chats en modo secreto, lo que le ha valido críticas de expertos en seguridad. Sin embargo, Telegram ofreció recompensas a quienes pudieran quebrar su sistema de seguridad en varias ocasiones, sin que nadie lo lograra. 

Sin embargo, el historial de tensiones entre el creador de Telegram y el Gobierno ruso viene de largo. En 2018, se llegó a ordenar el bloqueo de la aplicación en Rusia, ya que, según las autoridades, se habría negado a facilitar las claves de personas investigadas por las fuerzas de seguridad por supuestos vínculos terroristas.

Dos años después se revirtió el bloqueo, en parte porque nunca fue del todo efectivo y en medio de rumores de que Pável Dúrov habría hecho algún tipo de concesión a cambio. 

Sea como sea, Telegram nunca ha sido un protegido del Kremlin, como quieren hacer ver en algunos medios, obviando los dardos de ida y vuelta que se han lanzado entre ambos a lo largo de estos años. 

Signal vs Telegram

Entre los críticos de Telegram se encuentra el creador de Signal, un ex-asesor de seguridad de Twitter que presume de privilegiar seguridad y privacidad ante todo.

De hecho, Signal es recomendada desde hace tiempo por Edward Snowden, el ex-miembro de la CIA que reveló todo el escándalo de espionaje de la NSA en 2013.

En estas semanas, a raíz del cambio de política de WhatsApp, también Elon Musk se sumó a los elogios sobre Signal. Se trata de una aplicación muy sencilla que permite funciones básicas, como el envío de mensajes de texto, audio, video, documentos, Ubicaciones y contactos, así como llamadas y videollamadas.

Todo estrictamente encriptado, según sus diseñadores.  Por poner un ejemplo: hasta los GIF pueden ser encriptados, con eso les digo todo. También permite que los mensajes desaparezcan segundos después de ser enviados. 

Sin embargo, a pesar de ser la aplicación más recomendada por expertos en seguridad, también los hay que desconfían. Algunos denuncian sus supuestos vínculos con el Gobierno estadounidense en sus inicios, la relación de su fundador con el Departamento de Estado o el financiamiento de Signal a través de Radio Free Asia, un brazo de la CIA. 

Y se preguntan: si Signal es realmente una amenaza para las ‘Big Tech’ y una garantía de privacidad,

Protocolos de seguridad de WhatsApp, Facebook y Google

Pero si hay algo que comparten las tres compañías y es la política de seguridad de datos, (y que, en lugar de aclarar las dudas, tal vez las oscurezca) es que ninguna de ellas genera beneficios económicos por sí misma.

Las tres son deficitarias, financieramente hablando. WhatsApp sobrevive, de momento, gracias a la metadata que comparte con Facebook, como una especie de Renfield que nutre de sangre a su Drácula particular. Es decir, no gana dinero, pero ayuda a Facebook a ganarlo. 

Telegram es financiada por su fundador y por donantes particulares, al igual que Signal. A diferencia de WhatsApp, ni Signal ni Telegram comparten su metadata con terceros.

En el caso de Telegram, Pável Dúrov ha anunciado varios proyectos para monetizarla, a través de publicidad en determinados canales públicos e, incluso, criptomonedas.

Según van creciendo estas aplicaciones, sus respectivos modelos se vuelven menos sostenibles, porque deben responder a la demanda y, en la búsqueda de soluciones para seguir en la punta, muchas veces son los usuarios quienes terminan pagando sin darse cuenta. 

Como leen, no existe la aplicación de mensajería perfecta, sino que cada una se adapta a las necesidades, exigencias y suspicacias de cada quién. Y el hecho de que muchas personas se estén descargando Signal y Telegram en estas semanas no implica necesariamente que, al mismo tiempo, hayan abandonado WhatsApp o estén a punto de hacerlo. 

De hecho, y con diferencia, WhatsApp sigue siendo la aplicación de mensajería más popular a nivel mundial y mucha gente es reticente a dejarla si no lo hacen también sus contactos, a pesar de su atraso tecnológico y las dudas sobre privacidad y uso de datos.

Pero, visto lo visto en estos días, tal vez estemos ante el inicio de un cambio de época en los servicios de mensajería instantánea que parecía imposible hace apenas unos meses.


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