Corea del Norte critica habitualmente la cultura surcoreana y su sistema capitalista.
Desde Seúl hasta San Francisco, la exitosa serie surcoreana de Netflix «Squid Game» se ha convertido en un tema de conversación candente en las últimas semanas. Ahora, Corea del Norte se ha pronunciado al respecto.
Un sitio web de propaganda norcoreana publicó el martes un artículo en el que se afirma que la serie revela que la vida en Corea del Sur está «infestada por las reglas de la supervivencia del más fuerte, la corrupción y la inmoralidad».
«La audiencia se siente triste por la realidad de la sociedad surcoreana, que se está convirtiendo en una situación brutal en la que la humanidad se destruye en la competencia extrema», decía el artículo publicado en el sitio web Arirang Meari sobre el drama distópico.
Realizada en Corea del Sur, la serie de nueve capítulos se ha convertido en una sensación mundial y en la más vista de Netflix. Sigue a 456 concursantes con poco dinero, entre ellos un desertor norcoreano, que compiten por unos 38 millones de dólares en premios jugando a una serie de juegos infantiles tradicionales coreanos, sólo para descubrir que la eliminación de cada ronda significa la muerte.
Estrenado el mes pasado, el programa, aunque muy popular en Corea del Sur, también ha dado en el clavo por su cruel descripción del problema de las deudas personales y la dificultad para pagarlas en el país.
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Corea del Norte critica habitualmente la cultura surcoreana y su sistema capitalista, contraponiéndolo a su falsa imagen de sociedad igualitaria.
«Squid Game» sigue a «Parasite», ganadora del Oscar a la mejor película en 2020, que también se centraba en temas de desigualdad en Corea del Sur, siguiendo a una familia pobre de estafadores que se abren paso en la vida de un hogar rico pero ingenuo.
En su momento, la película fue descrita por un periódico pro-coreano con sede en Japón como una obra maestra que «exponía crudamente la realidad» de la brecha entre ricos y pobres en el país, según Reuters.
La influencia del extranjero y la información exterior se consideran amenazas para el liderazgo norcoreano, y el líder del país, Kim Jong Un, lleva tiempo ordenando a sus ciudadanos que eviten la influencia extranjera, desde la moda hasta los movimientos de baile.
En junio, Kim calificó el K-pop de «cáncer vicioso», según la KCNA, la agencia de medios estatal de Corea del Norte. En julio, un editorial publicado en el periódico oficial del país, Rodong Sinmun, decía a los jóvenes norcoreanos que evitaran utilizar la «peligrosa» jerga de Corea del Sur, según la agencia de noticias surcoreana Yonhap.