TikTok es una plataforma para dispositivos móviles que permite grabar videos cortos y compartirlos. Generalmente los vídeos son sobre temas cotidianos, como talentos, manualidades, danza, etc. La plataforma digital también se ha convertido en una especie de respuesta ante la censura de otras redes sociales. Y tiene a progres asustados porque no entienden cómo funciona la app de los vídeos cortos.
Hoy exploramos la importancia de TikTok en la guerra cultural por la hegemonía de las ideas.
TikTok es básicamente una plataforma que los usuarios usan para crear vídeos de entre 15 segundos y un minuto de todo tipo de cosas: Principalmente bailes, lip-syncing —Dora Mazzone es una experta— canciones y memes.
TikTok es más que la descripción general porque es el hogar de todo tipo de personajes, desde comandantes de la Marina bolivariana hasta el vertedero de memes de la Generación Z y los millennials, fans eternos de migrar entre plataformas: Son la generación formada en MSN messenger que terminó en Telegram, iMessage o Whatsapp.
TikTok tuvo más descargas en 2018 que YouTube, Facebook o Instagram y sus haters más virulentos reconocen que ha logrado hacer impronta en la psiquis de los adultos jóvenes —Viniendo de un progre, eso es una afirmación poderosa.
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Los «conservadores» —que nada conservan—, como Marco Rubio están pendientes de un veto parcial de la aplicación en las Fuerzas Armadas, cosa de la cual muchos se ríen por ir en contra de libertades fundamentales y cuestiones de privacidad.
Ciertamente, desde un punto de vista de inteligencia, la app hace de perfecto software de seguimiento y vigilancia: Ofrece geolocalización, reconocimiento facial y acceso a todas tus redes sociales: Un conjunto bastante importante de datos por las que empresas como Oracle, Walmart, Microsoft y el fondo de inversiones de los hermanos Winklevoss se pelean en la venta forzosa de TikTok decretada por la Casa Blanca hace meses.
Basta con hacer una búsqueda de google sobre TikTok y no sólo se da con la plataforma, es probable toparse con artículos que dicen que los algoritmos de TikTok esconden contenido de ideología de género y otras estupideces típicas de comunistas y liberales occidentales.
La plataforma, que es una copia del extinto Vine y cuya compañía desglosamos más adelante se ha convertido en una plataforma de guerra generacional entre millennials y Generation Z (GenZ).
Ante este tipo de cosas tres preguntas surgen:
¿Por qué los medios han comenzado a atacar a TikTok?
¿Por qué los influencers andan tan virulentos contra TikTok?
¿Por qué la izquierda Millennial está tan preocupada con TikTok?
Porque las manifestaciones que hay en TikTok no están en los aspectos de la cultura juvenil que la izquierda busca controlar poniendo bajo su esfera de influencia a la juventud.
Los millennials & boomers izquierdistas de ideas puritanas de obediencia estéril, anodina y predecible creen que pueden moldear la forma en la cual los usuarios de las redes sociales suben contenido a éstas. Entonces se empecinan en atacar TikTok porque no pueden segregar, censurar y domar la enorme cantidad de contenido de todo tipo que hoy en día se sube a internet.
Los comunicadores de ideas progresistas se preocupan cuando ven que la cultura del trolleo de 4Chan y el pensamiento conservador se cuelan a la experiencia online de los miembros de la Generación Z por la sencilla razón de que la Generación Z tiene una afinidad por la tecnología que sólo rivaliza a la de los millennials.
Observar a la generación Z convertirse en la más conservadora y ver cómo usan TikTok para la expresión de sus ideas forma parte de cómo el pensamiento conservador está teniendo auge en las generaciones más recientes y más expuestas a la tecnología.
La plataforma genera cantidades masivas de contenido y que muchas veces tiende a ser tendencia porque algunos videos con aspectos sociales conservadores burlan los algoritmos de tendencias, reproduciéndose y colándose a plataformas más mainstream como Instagram, Twitter y Facebook, para cuyo momento acaparan la atención del jet-set político y vemos cómo ambos lados del espectro político se preocupan por las implicaciones que tiene el uso de propaganda socialmente conservadora, tanto así que recientemente el Senador Republicano Marco Rubio pidió investigar a la plataforma por sus nexos con China.
En septiembre de 2016 la empresa ByteDance lanza en China el equivalente de TikTok en occidente, de nombre Douyin. Poco después, ByteDance compra una empresa que llevaba una aplicación de canto y música llamada musical.ly, que era ampliamente usada por adolescente y niños en EEUU y otras partes del mundo. Pese a que ByteDance tiene en sus políticas y contratos de usuario que no permite a menores de 13 años usar la plataforma, en febrero de este año la empresa china fue sancionada por el gobierno de Estados Unidos teniendo que pagar una multa de cinco millones de dólares al revelarse de que la empresa recolecta data de menores de edad.
Desde el punto de vista de seguridad, el gobierno americano se preocupa, la app tiene la capacidad de geolocalización y proporcionar datos biométricos. TikTok es ampliamente popular en los círculos de las fuerzas armadas americanas y hay un veto parcial en ejercicio.
Y es que en un mundo que nos dio 22 años de chavismo, la guerra de Irak, una crisis financiera creada por boomers, una llegada al poder de Barack Obama de las manos de Cambridge Analytica, un ascenso sin parangón de Facebook, una llegada de un díscolo Snowden, quien desde Rusia-y no con amor- le habla a Joe Rogan sobre lo terrible que el mundo digital pueda llegar a ser.