
Huawei, el conglomerado de telecomunicaciones administrado por las fuerzas armadas de la República Popular de China ha reconocido que está pasando por problemas financieros. De acuerdo con las declaraciones de su consejero directivo, Guo Ping, la empresa está en modo de «supervivencia.» El mes pasado, Ping dijo que el objetivo principal de Huawei es el de sobrevivir como una empresa productiva tras las sanciones emitidas en su contra por parte de Estados Unidos y Canadá.
Estados Unidos de América y Canadá consideran que Huawei es una amenaza a su seguridad interna. En tribunales americanos y autoridades de inteligencia de ese país hay expedientes que narran la pésima reputación del mayor fabricante de teléfonos del mundo: Espionaje industria, tráfico de influencias, robo de tecnología, sustracción de propiedad intelecutal, y prácticas corporativas anti-éticas.
«Huawei está en una difícil situación hoy en día, el implacable gobierno de Estados Unidos lleva adelante una campaña de agresión en contra nuestra, y eso nos ha puesto bajo grandes presiones», dijo Guo Ping. A juicio del consejero directivo de la empresa china, ésta debe evaluar cómo le afectan las sanciones que le impiden al conglomerado asiático la procura de componentes y chips para la manufactura de sus productos, que van desde celulares, tabletas, y laptops hasta equipos de transmisión 5G y cables submarinos.
Coronavirus: La otra piedra en el zapato de Huawei
El impacto del COVID-19 sobre la cadena de distribución a nivel global ha hecho estragos en las finanzas de Huawei, la empresa a principios del primer trimestre se vio en problemas técnicos para la manufactura de sus equipos de alto nivel de tecnología 5G en China.
Tras la creación por parte del gobierno comunista chino de un ministerio ad-hoc para el desarrollo e implementación de tecnologías 5G en la China continental, Huawei y ZTE fueron comisionadas para la colocación de cientos de miles de estaciones base de transmisión de señal 5G que no han podido ser instaladas por las normas de distanciamiento social y la cuarentena impuesta sobre las poblaciones.
Para Huawei, a pesar del espaladarazo —y financiación— del Partido Comunista de China, los esteroides financieros no son suficientes para su ya vasto mercado nacional. La empresa ha buscado desarrollar proyectos a largo plazo en otros países de Asia.
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El mundo le hace el fó a Huawei
Singapur prefirió contratar a Nokia para implementar su red 5G, Vietnam —país comunista— no quiere contratar a los chinos y está en conversaciones con Ericsson, quienes firmaron un contrato de miles de millones de dólares para la implementación de la tecnología 5G a nivel nacional. India, por su parte busca desarrollar tecnología endógena 5G.
La guerra comercial de EE.UU. & China
La guerra comercial que hay entre China y EE.UU. tiene al mundo de las telecomunicaciones en el centro de una batalla metapolítica por la supremacía tecnológica. Los más altos dirigentes del gobierno americano hacen un lobby bien fuerte a nivel nacional e internacional para que el mundo no le compre absolutamente nada a Huawei. William Barr, fiscal general he llegado a recomendar que EE.UU. compre participaciones en empresas como Nokia y Ericsson para hacer un contrabalance a la barata oferta de servicios de los conglomerados chinos.
La economía, aunada a las realidades geopolíticas del coronavirus, y la demanda mundial por mejor ancho de banda en un mundo 5G que sustituirá a las telecomunicaciones de generaciones previas son los principales motores por los cuales hay tanto puje —que no sed— por el establecimiento de redes 5G a nivel global.
Lista negra
El gobierno americano ha incluido a Huawei y a sus aliados comerciales en una lista negra que los veta de establecer relaciones comerciales con empresas que tengan capital en suelo americano. Estas sanciones —que salieron en Mayo de este año— buscan la desestabilización de las finanzas del conglomerado chino que comienza a sentir el nudo alrededor de su cuello mientras se preparan para un 2021 repleto de incertidumbre.