La constitución Española, «La biblia de la libertad»

En estos próximos días, estamos a punto de cumplir el cuadragésimo cuarto aniversario de la Constitución del 78, una Carta Magna que nos dimos los españoles para comenzar una etapa de convivencia, respeto a la diversidad, en libertad, destacando los valores que deberían marcar el rumbo de nuestra Nación, después de 40 años de dictadura.

Esta Constitución tiene un sentido muy especial, dado que su fundamento se centra en la conformación de unos preceptos que partieron de la voluntad de los ciudadanos que representados por los partidos políticos, hicieron que una sociedad quisiera demostrarse a sí misma, que era capaz de aprender a la vez que construir el modo de convivencia y representación de una manera de vivir, olvidándose de forma consensuada y sin el rencor que hubiera podido generar una confrontación entre hermanos, con el único fin de salir adelante como sociedad y como Nación, para situarse entre las potencias más importantes del mundo, tal y como lo fue y ha ido demostrando a lo largo de la historia.

No fue fácil ni su desarrollo ni su consolidación, puesto que elementos ajenos a los intereses de España, digamos Eta, además de ciertos nacionalismos basados en la ruptura de la Nación, pusieron numerosos obstáculos para provocar el fracaso del proyecto de libertad y convivencia, en una sociedad que solo quería mirar hacia el futuro, sintiéndose libre en sus decisiones, fuerte en sus convicciones y sobre todo, capaz de llevar a España al lugar en donde merecía estar en el mundo.

Cuatro décadas y media después, ese sueño y ese trabajo de fortaleza y deseo de libertad de los españoles, se está tambaleando a consecuencia de un sector de la política que, buscando sin excusas anteponer sus intereses personales e ideológicos a las necesidades de los ciudadanos, mancillan valores, se destruyen acuerdos de convivencia para estar en el poder por el poder, se usa la ideología partidista para encubrir aspectos de la realidad cotidiana, sin que exista un acuerdo consensuado de todos.

Se usan apoyos de formaciones políticas que siendo los cabecillas de la destrucción de España, están imbricados en la gestión de España, sin tener en cuenta que son los que más daño le han causado con dolor de sangre y ruptura de las normas establecidas por la legalidad, tal y como lo han señalado los tribunales de justicia y se negocia con territorios desde un poder de gestión del estado, sin contar con la voluntad de los habitantes de determinados entes autonómicos, tal y como se está atacando en este caso a Navarra, favoreciendo a minorías políticas no determinantes en la numerología representativa de dicha región.

¿Ante este debilitamiento y ataque constante desde el poder a esos valores que nos dimos, a esos preceptos que establecimos, que podemos hacer?

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Mirar desde las convicciones propias a elementos indispensables como la libertad, la democracia, la toma de decisiones por consenso y en definitiva a la protección común, pero individualizada de ese sagrado valor y denominado España, la casa común y la esencia de 47 millones de ciudadanos que desde la diversidad, unen su fuerza y capacidad en un proyecto de vivencia en común.

¿Cómo? Buscando desde el ejercicio de la democracia una alternativa de todos y para todos en lo político que paralice la actual “carcoma democrática” que está dañando nuestro edificio común. Exigiendo a los políticos que distingan entre poder e interés general, porque todo lo que no sea beneficioso para los ciudadanos, no debe ser admisible, ya que el poder sin mesura es en si mismo dañino para la convivencia, por ser un execrable ejercicio inmoral para los gobernados.

Por otro lado, esa alternativa y ese necesario paso hacia otro modo de gestión, debe estar caracterizada desde una moderación y sensibilidad transversal, que por moderada, no debe de dejar de ser firme y sobre todo transparente en modos, objetivos y formas, porque esa es la única manera de devolver la confianza al ciudadano hacia la política, lo que puede reforzar y ser un estímulo para mejorar los proyectos comunes de futuro.

Definitivamente, aunque estamos muy cerca de esa fecha mítica del 6 de diciembre, los españoles debemos mirar cada día del año a esa “Biblia de la Libertad”, a ese documento que nacido desde la sociedad, la rige, la protege y le ofrece un camino de realidad en la convivencia, porque es lo que buscamos, queremos y necesitamos los españoles, con un elemento que es representativo de todos, ese Estado significado en la Corona, el sistema democrático y parlamentario que nos une, nos tranquiliza y nos recuerda en cada momento la razón de ser de esta grandiosa piel de toro que es ESPAÑA.

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