Tras los hechos ocurridos en Birmania el pasado lunes, El Consejo de Seguridad de la ONU reclamó este jueves la liberación de la Premio Nobel Aung San Suu Kyi, y expresó su preocupación por la situación en el país. Sin embargo, no condenó el golpe protagonizado por los militares.
El máximo órgano de decisión de Naciones Unidas subrayó en dicha declaración la necesidad de proteger las instituciones y procesos democráticos en Birmania y de que se respeten los derechos humanos, las libertades fundamentales y el Estado de derecho.
Reino Unido planteó inicialmente una declaración más contundente, en el que se condenaba el golpe de Estado, un lenguaje que hasta ahora han evitado China y Rusia, que tienen poder de veto. Mientras tanto, China llamó al «diálogo y la reconciliación» y obvió el llamamiento a liberar a Suu Kyi y al resto de detenidos en los últimos días.
Sin embargo, no es primera vez que Pekín evita adoptar una postura más contundente con Birmania, como la operación militar que en 2017 provocó un éxodo masivo de miembros de la minoría rohinyá.
Los 15 países solicitan la «liberación inmediata de todos los detenidos» y piden apoyo para la «transición democrática en Birmania».
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El documento adoptado por consenso expresa «profunda preocupación por la declaración de estado de emergencia» impuesta por los militares el 1 de febrero y por la «detención arbitraria de miembros del Gobierno», incluidos Suu Kyi y el presidente Win Myint.
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