El nuevo gobierno afgano, que tomó el control del país por la fuerza, dice que el Estado Islámico no es una amenaza porque no tiene apoyo entre los afganos.
Los talibanes pidieron el lunes (20.09.2021) ayuda internacional para aliviar la crisis sanitaria en Afganistán, agravada por la toma del poder de los fundamentalistas, durante una reunión con el director general de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
«Si la comunidad internacional no proporciona ayuda en el sector sanitario y en otros ámbitos, Afganistán se enfrenta a una crisis humanitaria», dijo el mulá Hassan Akhund, primer ministro del gobierno interino talibán, en una rueda de prensa en Kabul, según un comunicado de prensa emitido por los fundamentalistas.
Akhund también pidió el fin de la congelación de la financiación impuesta por muchos países e instituciones tras la toma del poder por parte de los islamistas hace poco más de un mes, así como el fin de las sanciones contra los líderes talibanes. «La presión no resuelve los problemas que podrían resolverse mediante el diálogo. Las sanciones que aún están en vigor deben ser levantadas», dijo el primer ministro, en presencia de una delegación de la OMS encabezada por Ghebreyesus.
La directora general de la OMS llegó el lunes a Kabul junto con el director regional de la OMS, Ahmed Al-Mandhari, para reunirse con funcionarios del gobierno talibán y comprobar la crisis humanitaria que vive el país, según declaró a Efe el ministro de Sanidad, Wahid Majrooh. Según los talibanes, Ghebreyesus se comprometió a intentar «aumentar la ayuda» de la OMS y «salvar a Afganistán de una crisis humanitaria».
El director de la OMS reconoció, añadieron los islamistas, que los fondos donados por la comunidad internacional antes de que los fundamentalistas llegaran al poder «han sido congelados», aunque prometieron que intentarían enviar este dinero» al país asiático.
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Los talibanes también han informado hoy de que unas 30 personas han sido detenidas en relación con los atentados perpetrados en la provincia de Nangarhar en los últimos días y reivindicados por el grupo terrorista Estado Islámico. «Daesh [nombre árabe del EI] no es un peligro porque la idea de Daesh es odiada por el pueblo y ningún afgano lo apoya», dijo un locutor local citando al portavoz talibán Zabihullah Mujahid.
lgc (efe/dpa/dw)