África iniciará conversaciones con la Organización Mundial de la Salud para que la primera vacuna contra la malaria aprobada llegue al continente lo antes posible, declaró el jueves el máximo responsable de salud de la Unión Africana, en medio de un llamamiento a la financiación de fármacos más allá de la COVID-19.
John Nkengasong habló un día después de que la OMS dijera que RTS o Mosquirix- desarrollada por el fabricante británico GlaxoSmithKline debería administrarse ampliamente a los niños de África. Los expertos afirmaron que la recomendación podía suponer un gran avance contra una enfermedad que mata a un cuarto de millón de niños africanos cada año.
«Nos pondremos en contacto con GAVI (la alianza de vacunas) y la OMS en los próximos días para conocer, en primer lugar, la disponibilidad de esta vacuna», declaró Nkengasong, director de los Centros Africanos para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC de África), en una conferencia de prensa en línea.
Instó a los donantes a no jugar a un juego de suma cero «en el que financiamos las vacunas contra el COVID y descuidamos las vacunas contra la malaria».
Afirmó que no está claro cuándo la vacuna será accesible para los numerosos países africanos en los que la malaria es endémica, ya que no se conoce el coste por dosis y no está claro con qué rapidez se puede aumentar la producción.
Hasta la fecha, GSK se ha comprometido a producir 15 millones de dosis anuales de Mosquirix hasta 2028 con un coste de producción más un margen no superior al 5%.
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Un estudio de mercado global dirigido por la OMS este año proyectó que la demanda de una vacuna contra la malaria sería de 50 a 110 millones de dosis al año para 2030 si se despliega en áreas con transmisión moderada a alta de la enfermedad.
Nkengasong afirmó que hay que celebrar la decisión de la OMS de recomendar el uso generalizado de la vacuna contra la malaria, ya que ésta es una de las principales causas de muerte en África. Señaló que, para finales de 2021, es probable que el paludismo haya matado a muchas más personas en África, especialmente niños, de lo que la COVID-19 ha matado este año en el continente.
Mosquirix lleva 30 años de trabajo.
Un programa piloto coordinado por la OMS en tres países africanos ya ha administrado 2,3 millones de dosis de la vacuna desde 2019.
GAVI estudiará en diciembre si financia el programa de vacunación y cómo lo hace.
(Información de Maggie Fick; edición de Frances Kerry- whbl.com)