El rol de Rusia en el conflicto Armenia-Azerbaiyán

La guerra en Karabakh es el resultado de casi tres décadas de diplomacia en la que Rusia juega un rol fundamental. Examinamos los eventos que llevaron a Azerbaiyán y a Armenia a la escalada de este conflicto en tierras lejanas.

Conflicto de alta tensión

Dos países de Asia central están en guerra. Aviones no tripulados, misiles balísticos, tanques y fuerzas especiales pelean en la región de Karabakh, ocupada por las fuerzas armadas de Armenia e internacionalmente reconocida como parte de Azerbaiyán.

Luego del éxodo de azeríes en 1994, Karabakh pasó a manos de los armenios. Por veintisiete largos años los diplomáticos de ambos países se han reunido para solucionar el conflicto sin éxito ni progreso. La guerra actual es un resultado del fracaso diplomático.

Jugando con mapas y candela

Una de las prácticas soviéticas más comunes durante la existencia del Pacto de Varsovia fue la de dibujar de forma arbitraria las fronteras de los países bajo el yugo rojo. El oblast autónomo de Nagorno-Karabakh fue creado en 1921 a petición de Stalin para hacer que Turquía —cuyo sanguinario trato hacia los armenios es un episodio que los gobiernos de Ankara prefieren ignorar— se les uniera a luchar contra los poderes occidentales.

Al mejor estilo del nuevo imperialismo europeo —que entre 1881 & 1914 decidiera repartirse el continente africano—, los soviéticos pusieron a pelear a los pobladores nativos de esas regiones entre sí. El expansionismo soviético a fuerza de armas invade, anexa y ocupa su vasto territorio.

Mapa de regiones del caucaso Factores de Poder

Según un reporte soviético de 1989, los armenios eran la mayoría de la población en Nagorno-Karabakh, pero todas las regiones que rodeaban la zona estaban pobladas por azeríes.
Poniendo cuestiones demográficas a un lado, ambas comunidades vivían en paz durante buena parte de la era soviética; no fue sino hasta la recta final de la URSS que las cosas se complicaron en esa lejana región.

Te puede interesar

Armenia tenía reclamaciones territoriales contra Azerbaiyán, las tensiones étnicas crecieron y la insurgencia no se hizo esperar. En 1992 comenzaron las atrocidades, las fuerzas Armenias salieron victoriosas y llevaron adelante una limpieza étnica en la región. Cerca de 700.000 azeríes se convirtieron en refugiados; el territorio fue ocupado por unos 100.000 armenios.

La solución concertada

En 1994 se da el cese al fuego y comienzan los acuerdos diplomáticos para alcanzar la paz en la región con la mediación de Rusia, Francia y EE.UU. Con los años se llegó a la propuesta del Grupo de Minsk de OSCE en 2007.

Ese acuerdo planteaba que los territorios rodeando la región de Nagorno-Karabakh volvieran a control azeri, que la región tuviera un status interino de autogobernanza. Para no dejar al Karabakh aislado, debería existir un corredor que uniera la zona con Armenia; a su vez, los habitantes de la zona deberían expresar su voluntad de forma vinculante, los refugiados podrían volver a su zona de residencia antigua, y por último el despliegue de tropas para ejecutar acciones de preservación de paz.

Aunque esta hoja de ruta es bien clara, la interpretación de cada uno de esos puntos ha sido arbitraria por parte de los involucrados. Armenia no quiere que el Karabakh esté bajo control de Azerbaiyán, y pide que la región sea independiente antes de hacer cualquier concesión. Mientras tanto, Azerbaiyán no quiere ceder su territorio y desea un acuerdo por fases, empezando por recuperar los asentamientos que rodean a Nagorno-Karabakh.

El meollo del asunto recae en Armenia: Yerevan insiste en la autodeterminación frente a la integridad territorial de Azerbaiyán. La única forma de combinar ambas posiciones es que la autodeterminación popular se de dentro de la integridad territorial: Autonomía para Nagorno-Karabakh.

La ruta al conflicto

La actual Federación Rusa plantea que para que el acuerdo se haga realidad, Armenia debería regresar cinco distritos de la región disputada a control azerí. En Armenia, el status quo político se metió hasta el cuello en el conflicto: Comprometerse a ceder no estaba en el plan de Yerevan.

En lugar de negociar, el liderazgo armenio incorporó a su legislación mandatos sobre territorios en Nagorno-Karabakh: Repoblaron asentamientos azeríes abandonados, construyeron infraestructura, le cambiaron el nombre a muchas regiones y elevaron una campaña de concienciación a su población por medio de propaganda oficial.

Ante los ojos de Azerbaiyán, la política expansionista de Armenia es una afrenta. Y la retórica política, la narrativa oficial y la propaganda se hizo masiva a manos de ambos países.

Llega la guerra: Conflicto geopolítico

En octubre de 2020 comenzaron los enfrentamientos militares entre las dos naciones y sólo en la región de Nagorno-Karabakh, el resto de la frontera se ha mantenido en relativa calma. El conflicto geopolítico resultante involucra a Rusia, aliado militar de Armenia, Vladimir Putin se ha rehusado a asistir militarmente a Yerevan porque la pelea no ocurre en Armenia sino Karabakh que considera pertenece a Azerbaiyán.

Desde que el primer ministro Nikol Pashinyan se las arregló para establecer una retórica y acciones de gobiernos adversas al Kremlin. De forma recíproca, Moscú decide mirar con indiferencia la situación en Nagorno-Karabakh usando los resquicios del sistema internacional que usa a su convenciencia, herederos de ese asiento en el Consejo de Seguridad.

Pese a los avances de Donald Trump para estabilizar la situación en Nagorno, la diplomacia rusa ve esto como una amenaza a su zona de influencia natural: El cáucaso —por razones que el Kremlin describe como históricas sin referirse al período— se mantiene como una de las zonas por las cuales Rusia está dispuesta a poner a sus operadores a torpedear los acuerdos para el cese al fuego y hostilidades.

De los asuntos internos de Armenia & Azerbaiyán

Kocharyan, ex-primer ministro de Armenia entre 1998-2008 —vio el ascenso de Vladimir Putin al poder— es rival del actual primer ministro Nikol Pashinyan y tiene las simpatías del Kremlin. Asi que es probable que Rusia sin interferir militarmente lo haga de forma agazapada apoyandole políticamente —y posiblemente con recursos logísticos y financieros.

Azerbaiyán es el único país independiente vecino de Rusia que mantiene una política exterior propia —entendida como fuera de la tutela del escritorio de Sergei Lavrov— y aun así no es hostil con Rusia. Eso no parece ser suficiente para Moscú, que busca promover las relaciones diplomáticas y comerciales con sus vecinos.

La agresión iraní

Para el régimen terrorista iraní la situacion en Nagorno-Karabakh es problemática, por cuanto siempre han apoyado a Armenia por medio a agresión azerí.

El dato: 25% de la población de Irán es étnicamente azerí, viven al norte del país. Para evitar que el secesionismo y los nacionalismos étnicos se aviven, los Ayatolá mantienen un pacto con Armenia y los dotan con pertrechos militares, lo cual generó protestas en Irán pidiendo fin al conflicto.


Continúa leyendo

[anuncio_b30 id=10]