
A causa de una “enfermedad inexplicable” en uno de los voluntarios, detuvieron los ensayos de la vacuna de Johnson & Johnson contra la COVID-19.
La noticia la dio a conocer la más grande multinacional de productos de salud en el mundo, quienes aún desconocen el tipo de reacción generada en el participante.
En pausa: la vacuna de Johnson & Johnson
«En Johnson & Johnson, no hay mayor prioridad que la seguridad y el bienestar de las personas a las que servimos todos los días en todo el mundo. Estamos comprometidos a proporcionar actualizaciones transparentes durante todo el proceso de desarrollo clínico de nuestra vacuna candidata, de conformidad con los estándares regulatorios y nuestros propios principios éticos y científicos», indicó la compañía.
En esta línea, el comunicado expresó que “hemos detenido temporalmente la administración de nuevas dosis en todos nuestros ensayos clínicos de la vacuna candidata COVID-19, incluido el ensayo de fase 3 ENSEMBLE, debido a una enfermedad inexplicable en un participante del estudio”.
Seguido de esto, añadieron que “la enfermedad del participante está siendo revisada y evaluada por la Junta de Vigilancia de Seguridad de Datos (DSMB), órgano independiente para monitorear la fase ENSEMBLE”. Aunque no dieron más información al respecto, solicitaron “respetar la privacidad” de la persona involucrada, quien reaccionó de forma negativa ante la dosis de la vacuna de Johnson & Johnson.
Aunque las pausas en este tipo de procesos de investigación son reglamentarias, se trataría de una piedra en el camino rumbo al desarrollo de una vacuna por parte de esta empresa dedicada a la fabricación de dispositivos médicos, perfumes, productos farmacéuticos y productos de cuidado personal.
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El pasado 23 de septiembre, la multinacional informó el reclutamiento de 60.000 personas que serían los voluntarios dispuestos a recibir la dosis médica de la vacuna denominada Janssen. Esta se trataría de una sola dosis de un adenovirus, que causa la gripe, modificado y combinado con una parte del nuevo coronavirus para invadir las células humanas.
Sin embargo, aunque los científicos aseguran que cada cuerpo reacciona diferente, por una reacción extraña o inexplicable, el procedimiento debe detenerse hasta investigar su origen o causa.
Es importante señalar que Johnson & Johnson, la empresa de productos de salud más grande del mundo, se ha visto envuelta en los últimos años en numerosas demandas y escándalos por la generación de efectos perniciosos (moderados y severos) en personas que han usado productos.
¿Cuántas vacunas contra la COVID-19 hay en desarrollo?
Según la OMS hay alrededor de 200 grupos desarrollando vacunas en 172 países.
Entre las más nombradas o reconocidas están: la vacuna experimental Sinovac Biotech (China), la de la Universidad de Oxford (Reino Unido), la desarrollada por la compañía Moderna (EEUU), la vacuna Sputnik V (Rusia) y la presentada Janssen de Johnson & Johnson (EEUU).
Todas deben pasar por diversas fases científicas y de investigación que deben ser aprobadas por los miembros del área de la salud de instituciones internacionales. Pese a estas regulaciones que presuntamente garantizarían la seguridad de la misma, no existen precedentes para la realización de una vacuna segura en tan poco tiempo.
Así pues, la fase preclínica arranca el proceso, con pruebas en animales. Una vez hecho esto, inicia la fase I, donde se prueba en un grupo mínimo de menos de 100 personas, todo para evaluar su seguridad y los efectos biológicos.
Si todo sale bien, le sigue la fase II, donde se ejecuta la dosis en un grupo más grande de individuos (de 200 a 500 personas).
Finalmente, si las pruebas anteriores no demuestran inconvenientes, se suministra a un grupo amplio (miles de personas) y se desarrolla la fase III.
¿Para cuándo podría estar lista una vacuna mundial?
La carrera entre los grupos farmacéuticos avanza a gran velocidad, aunque algunos tropiezos sabotean su camino. Johnson & Johnson suspendió las pruebas durante estos días mientras aclaran lo ocurrido. Cuestión que también sucedió con la vacuna de Oxford que sufrió una paralización por una respuesta extraña en uno de sus voluntarios.
Sin embargo, los trabajos no se detienen. Aunque el protocolo estándar para el desarrollo seguro de vacunas suele tomar años e incluso más de una década, políticos y medios en todo el mundo han convencido a los ciudadanos de que no se puede retornar a la normalidad hasta que haya una vacunación masiva que controle la propagación del virus proveniente de Wuhan.
No hay fecha clara o establecida, pero expertos aseguran que la dosis para controlar la COVID-19 podría estar lista en el primer semestre del próximo 2021.
Asimismo, numerosos especialistas y médicos cuestionan los riesgos detrás de la aplicación masiva de una vacuna desarrollada en tan poco tiempo, al igual que la necesidad real de que toda la población deba vacunarse cuando se trata de un virus con una letalidad (0.2%) muy similar a la de la gripe común y cuya cepa ha mostrado mutar de manera constante.