Jair Bolsonaro denuncia que servicios policiales y militares brasileños estaban infiltrados por cubanos
- En su habitual programa de los jueves, Jair Bolsonaro comentó el cómo la infiltración del aparentemente inocuo Foro de São Paulo siempre busca poner los aparatos de inteligencia al servicio de la dictadura de los Castro.
- Jefe de Estado brasileño continúa confrontando al régimen de La Habana, aunque admitió ayudas médicas de la isla caribeña.
- Itamaraty se mantiene aliado con la libertad venezolana pese al cambio de liderazgo tanto en Caracas como en Washington DC
El actual presidente de la República Federativa de Brasil, Jair Bolsonaro comentó recientemente en su habitual programa de los días jueves el cómo durante los largos períodos de gobierno de Luiz Inácio Lula Da Silva y Dilma Rousseff se puso a la orden de los servicios de inteligencia de La Habana puestos clave en la supervisión de las actividades policiales, militares y de contrainteligencia de Brasil.
Foro de São Paulo: Instrumento del Narco
El Foro de São Paulo se disfraza como una aparente organización política al servicio de las causas de la izquierda, los pobres y los oprimidos. Organizado bajo la égida de Fidel Castro tras el agote de la Unión Soviética. Desde su creación la organización incluye a grupos vinculados al narcotráfico, a los cuales les da legitimidad política y ayudas financieras disfrazados como alternativas al conflicto armado en Colombia.
El rol de La Habana desde 1959 ha sido el de la desestabilización para la imposición de un sistema político que usa el expolio como motor y que esclaviza a las poblaciones que gobierna de forma sistemática. En ese contexto, Jair Bolsonaro comentó como desde el programa “Mais Medicos” —implementado los gobiernos del Partido de los Trabajadores—los cubanos lograban poner fichas clave del ejército y los servicios de inteligencia para la creación de células y colectivos de agitación popular.
Médicos cubanos como agentes infiltrados
El presidente Bolsonaro comenzó a explicar el cómo instauró un veto a una reválida que buscaba reformar los estándares para la obtención de los permisos del ejercicio de la carrera médica en Brasil.

Bolsonaro califica de hipócritas a Lula Da Silva y a Rousseff, así como a todo el Partido de los Trabajadores en general al señalar que los dirigentes brasileños no se atienden con los médicos cubanos, que le ofrecen esos servicios médicos a los más pobres diciendo que son de calidad cuando en realidad son espías disfrazados de batas blancas y unos pocos médicos mal formados que salen de Cuba en calidad de esclavos.
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La experiencia bolivariana
El 30 de octubre de 2000, Hugo Chávez y Fidel Castro firman un convenio de cooperación que ponía en manos del anciano tirano de las Antillas Mayores las llaves del aparato productivo de la nación venezolana. A cambio de maniobras de control social de una población abrumadoramente conservadora y católica —a su comodidad—, el chavismo divisó en varios de los sondeos internos que hacían que el tema de la salud siempre emergía como cuestión central del día a día de los venezolanos.
Es por ello que Freddy Bernal y José Vicente Rangel Ávalos —lugarteniente de Hugo Chávez el 27N—1992 uno, e hijo del recientemente fallecido operador político el otro, quienes en sus largos años como alcaldes de la región capital entregaron la ciudad a manos del crimen— viajan a Cuba en los primeros años posteriores a la firma de ese acuerdo de cooperación. Durante sus periplos a la isla reciben la ayuda de los aparatos policiales cubanos, dando paso al comienzo de una serie de traslados de personal que eran identificados como asesores médicos y deportivos.
El programa social Misión Barrio Adentro fue la primera maniobra de Fidel Castro para infiltrar en las comunidades venezolanas a espías que pudieran brindar información clave sobre el estatus de la población mientras realizaban labores de vigilancia policial encubierta. La receta fue muy exitosa y los planes pilotos en las barriadas de Caracas con unos centenares de operadores cubanos ascendió a más de 13.000 en 2004.
En Brasil, el programa Mais Medicos, de manufactura carioca y con ideología roja caribeña hizo lo mismo: Durante años, las barriadas populares se llenaron de agentes cubanos que hacían labores de control social.
En ese contexto, Bolsonaro advirtió de la presencia de la infiltración cubana en el aparato de seguridad brasileño: “Sabíamos que habían infiltrados del ejército y los servicios secretos en células distribuidas por Brasil metiéndose en la cabeza del pueblo ¿Quién sabe con que fines? No los diré. Todos los que me ven saben que lo que el socialismo busca y quiere para Brasil. ¿O es que no se dan cuenta que, además de Venezuela, otros países en América del Sur pasan por lo mismo?.
Bolsonaro sabe perfectamente que durante más de dos décadas, los cubanos gozaron de un flujo de dinero sin precedentes desde la era soviética, apoyados en dos muletas financieras —la del petroestado venezolano y el masivo aparato agroindustrial-metalmecánico carioca— Fidel Castro y sus sucesores gozaron de un salvavidas financiero que les permitió continuar en el poder y brindar el mínimo de alimentos y recursos a una población hambrienta demasiado preocupada en sobrevivir como para sublevarse.
Vídeo de YouTube [en portugués]: Jair Bolsonaro señala a Cubanos infiltrados en Brasil
Itamaraty expectante ante cambios de política interior en Venezuela y EE.UU.
La cancillería brasileña, siempre estratégica ante los cambios de mandos que ocurren en la esfera geopolítica que les rodea ya han adelantado su reconocimiento a un Joe Biden que ya tiene un pie en la Casa Blanca.
Con la salida de Donald Trump de la presidencia de los Estados Unidos, Brasilia pierde un aliado ideológico en Washington DC y busca mantener su favorable balanza comercial con la primera potencia económica del continente, cuestión sencilla: Joe Biden es muy amigable con el Wall Street del cual emergió Donald Trump. Los nombramientos de Biden en puestos clave del directorio de seguridad incluyen a antiguos empleados de grandes bancos y conglomerados financieros.
Mientras el gobierno interino se desmorona y surge la “nueva oposición” bajo la tutela electoral chavista, Brasilia mantiene su apoyo al naufragio político de un Juan Guaidó que ve con agonía cómo la mayor oportunidad que tuvo la oposición de arrimarse al poder se desvaneció con el enriquecimiento de todos en el derredor de los puestos clave del joven ingeniero del antiguo estado Vargas.
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