La contienda entre Joe Biden y Donald Trump en el condado de Miami-Dade por el voto latino, particularmente el de la diáspora venezolana se calienta.
Una valla de gran tamaño con la imagen del actual presidente de los EE.UU. aparece con la imagen de los ojos de Hugo Chávez superpuesta fue vista en Miami. La leyenda en la enorme publicidad reza «No nos engañan otra vez. Los venezolanos votamos por Biden». La polarizada sociedad venezolana, víctima de dos décadas de chavismo vertió sus quejas —y en algunos casos, loas— sobre este tema en las redes sociales. Mientras unos acusan al candidato Joe Biden de ser comunista, y otros comparan —de forma más forzada que los chistes de Víctor Medina o Luis Chataing — a Trump con Chávez, pocos se dieron a la tarea de investigar quién pagó por tan sórdido advertisement.
La respuesta está en la letra pequeña de la valla.
¿Qué es un Political Action Committee (PAC)?
Los comités de acción política son un grupos de ciudadanos organizados con el propósito de reacaudar fondos para elegir y derrotar candidatos. La mayoría de los PAC obedecen a intereses comerciales, ideológicos y laborales. Tienen la responsabilidad de registrarse ante la autoridad electoral estadounidense, sus actividades son objeto constante de grupos de transparencia.
Los que pagaron la valla que despertó la cólera de los venezolanos en Twitter son un sórdido elenco de personajes y organizaciones que poco tienen que ver con los intereses de que Venezuela se acerque a un cambio de régimen: Desde un controversial sindicato, pasando por organizaciones a favor de la defensa de los derechos a la educación de los jóvenes de raza negra, y una organización de derechos reproductivos y planificación familiar.
Win Justice, la organización responsable por la valla, es un comité de acción política formado en 2018 para las elecciones legislativas. Su principal donante es el magnate George Soros, quien le inyectara una dosis de cinco millones billetes verdes en ese ciclo electoral.
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La cosa no termina con el hombre que trató de quebrar la libra esterlina, va mucho más allá; tanto así que Steven Spielberg, el laureado cineasta también dona dinero. Y como la recaudación es con fines democráticos, bienvenida sea la plata de Nancy Pelosi, presidenta de la cámara baja. El timonel de este PAC es Deepak Pateriya, un sociólogo y líder sindical, miembro consejero de los programas de la Open Society Foundations de Soros en EE.UU.
Este comité de acción política tenía inicialmente lograr captar votos a favor de los demócratas en Florida, Michigan y Nevada, eventualmente su actividad se extendió a ciertas candidaturas legislativas. La pregunta es obligatoria: ¿Que tienen que ver estos asuntos con Venezuela? ¿Cómo Steven Spielberg, Van Jones y Planned Parenthood terminan pagando una valla que compara a Hugo Chávez con Donald Trump? La respuesta es compleja y a la vez no.
El cineasta, el ex-asesor de Obama y la organización abortista poco les importa Venezuela como si captar votantes —incautos—que nunca hayan participado en una elección.
¿Quién es Leopoldo Martínez Nucete?

¿Quien funge como la argamasa de este heterogéneo grupo? Leopoldo Martínez Nucete. Un abogado graduado de la Universidad Católica Andrés Bello que fue diputado de Primero Justicia y durante los sucesos de Abril de 2002 fue nombrado ministro por Pedro Carmona Estanga. Tras ese —sangriento— faux pas, decide irse a EE.UU. en donde se ha dedicado a hacer política con los demócratas.
Codearse con la crema y nata del partido demócrata le ha servido bien a Martínez Nucete, sus adulaciones, lobby e influencia le valieron la bendición del actual jefe del partido, —Tom Pérez— y el tesorero —Henry Muñoz—, quienes lo ponen en el directorio de esa organización.
Por los nexos con el partido demócrata, Martínez Nucete termina en el directorio de otro PAC fundado por la estrella de TV, Eva Longoria y de allí teje una compleja red de contactos que culminan con la comisión de la mentada valla.
Siempre cerca de los reales
Pero son las conexiones financieras de Leopoldo Martínez Nucete las que hablan por sí solas: Su think tank, el Center for the Development and Democracy in the Americas (CDDA), una organización de relativa poca monta —excepto para captar inversiones en Cuba—, tuvo como asesores a Ramón José Medina, su amigo de larga data — y empleado de Víctor Vargas.