Más demanda, menos oferta: la sequía y el calor ponen a prueba la red eléctrica estadounidense

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El reto de satisfacer la demanda de energía durante las condiciones meteorológicas extremas va a empeorar a medida que el país intenta depender cada vez más de la electricidad en su lucha contra el cambio climático.

Las tórridas temperaturas y las sequías en el oeste de Estados Unidos están creando una tormenta perfecta para la red eléctrica, mostrando cómo los futuros fenómenos meteorológicos extremos pondrán cada vez más al límite una red eléctrica que ya está sometida a una gran presión.

Mientras Oregón, California, Nuevo México y otros estados se enfrentan a un calor récord y a la disminución de las reservas de agua, los estadounidenses dependen aún más de los sistemas eléctricos y de agua. Sin embargo, los mismos factores que aumentan la demanda de electricidad también pueden limitar la capacidad de producirla.

Desde la generación en las centrales eléctricas hasta las líneas de transmisión que llevan la electricidad a los hogares y las empresas, prácticamente todas las partes del sistema eléctrico funcionan peor en condiciones de calor intenso y sequía. Esto plantea importantes cuestiones sobre la preparación del país para un futuro en el que los científicos del clima prevén que el calentamiento global hará que los fenómenos meteorológicos extremos sean aún más frecuentes.

«Esto es lo primero en la agenda de todas las empresas de servicios públicos», dijo Omar Al-Juburi, consultor de redes eléctricas digitales en Ernst & Young. «Vamos a llegar a un punto en el que la infraestructura y la forma de operar actuales seguirán siendo cuestionadas por estas olas de calor extremas».

En Portland, Oregón, las temperaturas alcanzaron este mes los 116 grados Fahrenheit -un máximo histórico- justo un año después de que el estado sufriera unos incendios forestales sin precedentes a principios de año, como el Día del Trabajo.

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«Da miedo porque significa que no se sabe lo que ha pasado», dijo Bob Jenks, director ejecutivo de la Junta de Servicios Públicos de los Ciudadanos de Oregón. «Significa que el pasado ya no es predictivo del futuro».

Una empresa de servicios públicos del área de Portland incluso tuvo que instalar sistemas de refrigeración adicionales para evitar que sus equipos se sobrecalentaran. Esos mismos sistemas de refrigeración consumen electricidad, al igual que los aparatos de aire acondicionado que los habitantes de Oregón han comprado en masa. Jenks dice que eso significa que la próxima vez que la región se enfrente a una ola de calor, se utilizarán más aparatos de aire acondicionado, lo que requerirá aún más energía y pondrá a prueba el sistema.

La grave sequía en gran parte del Oeste, con el descenso del nivel de los lagos y la desecación de los ríos, es otro de los retos para mantener la electricidad para los estadounidenses. Las centrales de combustión, como las de carbón, gas natural e incluso las nucleares, suelen necesitar agua para refrigerar sus sistemas.

Según los analistas energéticos, cuanta menos agua haya cerca o disponible para ser bombeada en otro lugar, menos energía podrán producir estas centrales con seguridad.