¿Que debe hacer el segundo católico —que prefiere helado en lugar del alcohol— que montan los demócratas y las mafias de ayer—Ted Kennedy y Chappaquiddick— y hoy—Leopoldo Martínez, Henry Muñoz, y Tom Perez?
¿Están al tanto los estrategas demócratas de todo lo que ellos se juegan esta elección? Considerando que lo mejor que pudieron sacar como candidato presidencial es Joe Biden.
Los hechos a nivel de política interior y la pesadilla de una recesión económica son la plataforma de la izquierda liberal americana. Que promete reformas. Los demócratas se dicen amigables hacia el trabajador y les hará pagar más impuestos para paliar el déficit. La izquierda americana se enfrenta a un «exitoso» empresario malhablado, que le hace apartamentos a chinos, panameños, rusos, emires y demás déspotas alrededor del mundo, quien para dolor de los liberales que lo «rostizaron» de forma poética, como sólo Hollywood lo sabe hacer, en un especial de Comedy Central hace más de un lustro. Ese personaje de piel naranja y artificial cabellera —que desayuna bic macs y usa el twitter como prefiere—tiene que lidiar con los políticos republicanos que le adversan en estados clave.
Kamala Harris y Joe Biden deben saber que el sistema electoral tiene una tasa de fracaso del 7%, —y que dadas las reglas del sistema electoral que tanto critican— eso los obliga a ganar estados y no votos, deben enfocarse en buscar ganar estados clave, Florida es un swing state, y estados que desde 1984-1988 votaban demócrata como Pennsylvania y Wisconsin terminaron pintado de rojo. La desastrosa política de los demócratas con cuestiones como Cuba, el narco, y ahora Venezuela —que envuelve las otras dos con lavado a gran escala— les ha impregnado una cultura de derrota. Aun así, ambos partidos se han equivocado tomando decisiones con respecto a su base de votantes en Florida.
En el condado de Miami-Dade hay antecedentes de manipulación de votos: Fue la actitud de Katherine Harris la que le dio la pauta a la Corte Suprema de Justicia de suspender el conteo de votos en otra disputada elección: La del año 2000.
El fallo de la Corte Suprema en Bush v. Gore fue una decisión per curiam —el abogado de Al Gore: David Boies, defiende a las víctimas de Jeffrey Epstein —, razón por la cual el nombramiento de Amy Coney Barrett es considerado injusto por los demócratas porque de aprobarse su magistratura, supondría que la Corte Suprema tendría una correlación de fuerzas conservadora.
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Los demócratas parecen no querer ganar una elección con los métodos que la constitución de su país les da. Están empeñados en hacer reformas y olvidar que ese sistema electoral dio la victoria dos veces a Barack Obama —su tótem ideológico—, a los Kennedy —que se volvieron los dueños católicos de Massachusetts— , y a los Clinton —que vendieron el uranio de EE.UU. a Rusia, encubrieron Benghazi y le mintieron al Congrero— ser los jefes de la mafia actual que también afecta ese deep state —que existe y poco se escribe sobre él.

La estrategia demócrata de recaudar dinero «venga de donde venga» es conocida de larga data, y segmentarán sus esfuerzos hacia la pesca de votos según el esquema de políticas identitarias, reclutamiento de vanguardias de minorías, los movimientos culturales y sus plataformas de comunicación. Enfocan sus esfuerzos en campañas de información, desinformación y control de imagen de personas políticamente expuestas.
Los demócratas deben segmentar sus esfuerzos en estados clave y ayudarse con los republicanos que adversan a Trump a fortalecer el voto de minorías. Nuevos mapas de comunidades se deibujan en las salas situacionales de esos partidos con data de personas que pueden votar por correo y no lo hacen. Sobre ese tema, Project Veritas develó cómo Ilhan Omar tiene un grupo de personas que andan recolectando votos para los demócratas en Minnesota.