Luego, de lo que probablemente se haya convertido en una de las sesiones más caóticas de la historia estadounidense —que incluso dejó a cuatro personas fallecidas—, el Congreso de Estados Unidos logró este jueves 7 de enero certificar el voto del Colegio Electoral, que dio como ganador de los comicios electorales del pasado 3 de noviembre de 2019 al candidato demócrata Joe Biden. Ahora se deberá esperar al próximo miércoles 20 de enero para la asunción oficial en su cargo.
El recuento de los votos electorales estuvo a cargo del vicepresidente Mike Pence, quien vivió una de las jornadas más tensas de toda su carrera, donde no solo se “negó” a cumplir la petición del aún presidente Donald Trump de desconocer está votación, sino que debió ser evacuado de emergencia del Congreso cuando un tumulto de seguidores de Trump irrumpieran en el edificio ubicado en Washington.
En la votación del Colegio Electoral del pasado 14 de diciembre Biden obtuvo 306 votos mientras que el presidente Donald Trump ganó 232, algo que quedó certificado el jueves en la madrugada y que terminó en total normalidad.

Una oportunidad truncada
En la sesión que inició el día miércoles 6 de enero un grupo de legisladores republicanos emitieron objeciones a los recuentos electorales de Arizona y Pensilvania, lo cual obligó a ambas cámaras del Congreso a retirarse a sus respectivas cámaras para debatir las razones para oponerse a los votos, pero justo cuando se disponían a regresar ocurrió el “asalto al Capitolio”.

Antes de los eventos suscitados entre la policía y los seguidores de Trump, casi 90 miembros republicanos de la Cámara y 13 senadores dijeron que estaban comprometidos a desafiar los votos para proteger la integridad de las elecciones futuras, ellos encabezados por el congresista Paul Gosar. Sin embargo, tuvieron la oposición de los principales líderes republicanos, como lo eran los senadores: Mitch McConnell y Lindsey Graham.
Sin embargo, luego de la irrupción en el Capitolio, que dejó un saldo de cuatro fallecidos y más de una docena de heridos, varios de esos congresistas que habían anunciado su intención de impugnar los resultados se alejaron de esta idea, entre ellos la senadora Kelly Loeffler —senadora clave que lideraba la objeción en Georgia—.
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“No puedo ahora, en conciencia tranquila, objetar la certificación de estos electores”, dijo Loeffler. “La violencia, la anarquía y el asedio de los pasillos del Congreso son aborrecibles y constituyen un ataque directo a lo que mi objeción tenía por objeto proteger (democracia)”, agregó Loeffler.

Otros legisladores de ambos lados partidos también aprovecharon la ocasión para condenar la violencia sucedida y muchos de los demócratas en ambas cámaras culpabilizaron a Trump por los disturbios civiles.
¿Cómo fue la votación?
Lo que generalmente es considerado como una mera formalidad se convirtió en un punto focal para Estados Unidos, convirtiéndose probablemente en el conteo de votos con mayor audiencia en la historia. La sesión que se retrasó por varias horas, retomó el recuento de votos electorales alrededor de las 8 p.m. y la impugnación presentada antes de la irrupción al edificio en el Estado de Arizona fue rechazada.
Para los votos de Arizona, el Senado votó abrumadoramente 93-6 en contra de desafiar los votos, mientras que la Cámara votó 303-121.

Durante la sesión, los congresistas que aún se mantuvieron como aliados de Trump también plantearon objeciones a los votos electorales en Georgia, Michigan, Nevada, y Wisconsin, pero sus impugnaciones no pudieron ser aceptadas por Pence, por no contar con el respaldo de un senador, convirtiéndolas en objeciones “simbólicas”.
Otra de las impugnaciones electorales que se hizo antes del receso obligado fue la del estado de Pensilvania, pero la misma acabó con un resultado similar al de Arizona. El Senado votó 92-7 en contra de la objeción, mientras que la Cámara votó 282-138.
Adiós a la ¿última carta de Trump?
Desde el momento que se realizaron las elecciones el pasado 3 de noviembre el presidente Trump y sus aliados han estado impugnando los resultados de las comicios presidenciales en los tribunales, argumentando que se emitieron y contabilizaron votos “ilegales” en varios estados y pidiendo el reconteo en estados donde los resultados fueron muy ajustados y donde alegan hubo un “presunto fraude electoral”.
Pero, a pesar de que todas las alegorías legales presentadas por Trump y sus abogados en las últimas semanas, los principales funcionarios electorales y legisladores rechazaron repetidamente las afirmaciones, siendo catalogadas —por algunos críticos— las pruebas ofrecidas como “infundadas”. Del mismo modo han sido desestimados por jueces por razones de procedimiento, incluida una de la Corte Suprema.
Pero, el presidente Trump mantuvo siempre sus esfuerzos para demostrar que las elecciones de 2020 habían sido “fraudulentas”. Y en la sesión del Congreso tenía lo que podía ser una de sus ‘últimas cartas por jugar’, ya que había argumentado que el vicepresidente Mike Pence —quien presidia la sesión— tenía la autoridad para rechazar los votos a favor de Biden.
Trump le pedía a Pence que “no reconociera algunos de los votos del Colegio Electoral, al ser realizados por ‘electores fraudulentamente escogidos’”.

Algo a lo que Pence no accedió y en una carta enviada al Congreso el miércoles, Pence alegó que la Constitución no le permitía “tomar decisiones sobre rechazar o aceptar votos, incluso si le preocupa la integridad de las elecciones, (…) Conferir al vicepresidente la autoridad unilateral para decidir las contiendas presidenciales sería totalmente contrario a ese diseño”.
Ante esta postura Trump respondió que el vicepresidente “no tuvo el valor de hacer lo que debía haberse hecho para proteger a nuestro país y a nuestra Constitución”; una respuesta que se produjo en paralelo al “asalto al Capitolio”.
Trump accede a la transición, pero seguirá “luchando”
Luego de acabada la sesión que confirmó el triunfo electoral de Biden, el aún presidente Donald Trump prometió, mediante un comunicado publicado en Twitter por su director de redes sociales, Dan Scavino, que la transición del poder al demócrata Joe Biden sería ordenada, y prometió seguir luchando.
“Aunque estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones, y los hechos me respaldan, no obstante habrá una transición ordenada el 20 de enero. Siempre he dicho que continuaremos nuestra lucha para asegurar que solo se cuenten los votos legales”, dijo Trump en su comunicado. Esto luego fue ratificado en un breve video posterior de la boca del mismo Presidente.
Durante las manifestaciones del día miércoles el cuadragésimo quinto presidente de EE.UU acusó a los demócratas de robar las elecciones y a los “falsos medios de comunicación” por apoyarlos. “Eso es lo que han hecho y lo que están haciendo. Nunca nos rendiremos. Nunca nos rendiremos, no sucede. No se concede cuando hay un robo involucrado”, dijo a una multitud en Washington, cerca del Capitolio.
