La lista de pruebas que confirman la presencia de guerrilleros colombianos en territorio venezolano es larga, analiza Ramón Cardozo en su columna. Y Maduro tolera la actividad de las organizaciones terroristas en el país.
Por cuarta vez en los últimos doce meses, un alto comandante disidente de la guerrilla colombiana ha sido asesinado en suelo venezolano. El martes, Miguel Botache Santanilla, alias ‘Gentil Duarte’, principal líder disidente de las FARC, murió probablemente en un enfrentamiento con otros grupos guerrilleros, según declaraciones de Diego Molano, ministro de Defensa colombiano.
La muerte de Gentil Duarte se suma a las muertes en territorio venezolano de los jefes guerrilleros de la Segunda Marquetalia disidente de las FARC-EP: Seuxis Pausías Hernández, alias Jesús Santrich, muerto el 17.05.21 en el estado de Zulia; Henry Castellanos, alias Romaña, y Hernán Darío Velásquez, ‘El Paisa’, ambos muertos en combate el 07.12.21 en el estado de Apure.
Aunque el régimen de Nicolás Maduro ha mantenido una política comunicacional de silencio y no da explicaciones al país sobre estos hechos, estas muertes se suman a una larga lista de evidencias que confirman que la guerrilla colombiana utiliza el territorio venezolano como teatro de operaciones y fuente de recursos desde hace varios años.
Esta penetración de la guerrilla en Venezuela ha ido acompañada de comportamientos violentos y delictivos, como han denunciado y documentado periodistas, organizaciones no gubernamentales y organismos internacionales desde hace más de una década: «La franja fronteriza entre Venezuela y Colombia se ha convertido desde hace años en territorio de conflicto por la presencia de grupos armados irregulares y bandas criminales con gran poder de fuego, que se disputan el control de las rutas de tráfico de drogas, combustibles y minerales», señalaba la organización no gubernamental Fundaredes en su boletín del pasado mes de mayo.
Fragmentación territorial
Paradójicamente, paralelamente a la progresiva concentración del poder político por parte de Hugo Chávez y posteriormente de Nicolás Maduro, se ha producido un creciente debilitamiento de la capacidad del Estado para garantizar el control y la paz en todo el país.
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En su informe de 2021, el Observatorio Venezolano de la Violencia describió cómo, en Venezuela, han aumentado los espacios territoriales «fuera del control del gobierno nacional, donde la gobernabilidad local y el control social y político son ejercidos por grupos armados no estatales». Se ha producido una retirada del Estado de diversos territorios rurales y urbanos, en gran parte debido a su incapacidad para ejercer la soberanía (…) Este abandono y retirada del Estado ha dado lugar a una nación territorialmente fragmentada.
Elecciones presidenciales en Colombia
El 19 de junio se celebrará en Colombia la segunda vuelta electoral entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández para elegir al próximo presidente del país. Ambos candidatos han presentado propuestas similares para resolver el problema de los grupos armados colombianos que han abandonado o no se han adherido a los acuerdos de paz firmados en 2016. Petro propone «iniciar negociaciones con el ELN para poner fin a la existencia de la insurgencia armada en Colombia mediante el diálogo político». Por su parte, Hernández propone «abrir un proceso de acercamiento entre el ELN y el acuerdo de paz firmado con las FARC».
La eventual firma de estos acuerdos podría ayudar al Estado venezolano a avanzar en la recuperación del control de sus territorios fronterizos. Sin embargo, es demasiado pronto para hacer cálculos, ya que no está claro qué induciría a estos grupos guerrilleros a renunciar a las ventajas de que gozan actualmente en Venezuela.
(cp/dw)