El día jueves 23 de julio, Lester Toledo se comunicó conmigo vía telefónica, -usó un intermediario del que en su momento hablaremos- para pedirme un espacio en Agárrate con la finalidad de responder a unas acusaciones en su contra que en mi programa había hecho el periodista Darwin Chávez.
Para solicitar el espacio en mi programa, Lester Toledo argumentó que quería responder en Factores de Poder, porque de todas las acusaciones que se han hecho en su contra, ésta era la única que lo había afectado por tratarse de un programa –Agárrate– y una periodista –Patricia Poleo– que goza de toda credibilidad.
No por sus halagos -en los que por cierto no creí-accedí a que estuviera en el programa, sino porque jamás le negaría un espacio a alguien que quiera defenderse.
Por escrito me hizo saber que viajaría de El Salvador a Miami sólo para estar en mi programa y que enviaría por email los documentos con los cuales se defendería, lo cual efectivamente hizo.
Mi papel en la entrevista sería pues, el mismo que hice con Darwin Chávez: Ser la anfitriona y conducir el espacio porque:
-La investigación original a la cual respondería Toledo no fue hecha por mí, sino por el periodista Darwin Chávez.
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– El espacio que se le daría sería para que él aclarara y respondiera, como corresponde a un derecho a réplica.
Pero eso es lo que piensa una periodista con respecto a un ciudadano común. Otra cosa es una periodista enfrentándose a un mafioso como Lester Toledo. De eso me dí cuenta muy tarde el mismo lunes, cuando leí la cadena de WhatsApp que el propio Lester ordenó circular en Voluntad Popular, y que me advirtió que Toledo pretendía algo más que defenderse.
Tal como actúan los mafiosos, Lester Toledo no quiso pedirle el derecho a réplica a Darwin Chávez porque éste sí maneja el tema. Su objetivo, como ha sido el de toda la directiva de Voluntad Popular desde que Juan Guaidó asumió la presidencia interina, es acabar con la credibilidad de la plataforma de Factores de Poder, y de cualquier otro medio que no responda a sus intereses. Pero eso no les ha sido fácil, a pesar de que han invertido muchísimo dinero en laboratorios de redes sociales.
Cuando le dije a Lester Toledo que no lo he investigado es porque es absolutamente cierto. El tema en cuestión fue investigado y denunciado por el periodista Darwin Chávez. Además, los documentos con los que se presentó en el programa, no fueron los enviados originalmente, sino otros que llevó consigo en un pen-drive y que ni siquiera pudieron ser revisados previamente por esta periodista.
Inmediatamente que se publicó el programa, se disparó el laboratorio inocuo pero millonario, alabando a Lester Toledo como un héroe, sacando frases de contexto –al mejor estilo chavista, que es la verdadera escuela de VP- intentando dejar claro que contra Lester Toledo no existen pruebas y que su limpia trayectoria política le ha permitido el salto de vivir en un barrio humilde de Maracaibo, a tener a su familia, con todas las comodidades en Houston, Texas. Esto, pasando por la erogación permanente de dinero para tratar de mantener una fachada en redes sociales que es tan falsa como sus presuntas habilidades como consultor político. La frase que Lester Toledo repitió en la entrevista: “¿Dónde están las pruebas?”, es la misma que se le escucha permanentemente al capo Diosdado Cabello cuando se habla de su participación en el narcotráfico. Y la misma respuesta encaja tanto para Cabello como para Lester Toledo: Los organismos de inteligencia en Estados Unidos tardan, pero al final actúan y dudo que el tiempo que Lester Toledo y su familia puedan disfrutar en Houston, sea suficiente para que su hija de 7 años se gradúe de High School. La diferencia entre los mafiosos de Voluntad Popular, y los narcoterristas del chavismo, es que éstos últimos saben que el Imperio es el mismísimo Diablo y se han cuidado de no dejarse atrapar. Los mafiosos de VP se han metido en las entrañas del monstruo pretendiendo hacer su patio particular de marramucias. Y creen que la impunidad los va a acompañar. Hasta ingenuos son. Aquí estaremos para hacer la crónica de los mafiosos que creían que se la estaban comiendo.
Lester Toledo estafó a un ciudadano estadounidense que le entregó un dinero para enviar determinada carga de ayuda humanitaria a nombre de una fundación, y Toledo usó el dinero para enviar otros insumos a nombre de Voluntad Popular y los chalequitos azules. Y ese ciudadano estadounidense, conoce bien la ley de Estados Unidos donde se cometió el delito. Y actuará en consecuencia.
El daño que hace Lester Toledo, el mafioso, y su partido Voluntad Popular, no es a una plataforma, ni a una periodista. Es al país que se quedó esperando una ayuda humanitaria que nunca llegó y que era responsabilidad de Lester Toledo hacer llegar. En vez de trabajar por el mejoramiento de vida de una población a la que se supone se debe como político, Lester Toledo ha trabajado para elevar su propio nivel de vida y el de su familia, como ha hecho cada uno de los miembros del gobierno interino. Eso está a la vista y no tiene justificación alguna.
El hecho es que hay galpones en Estados Unidos llenos de ayuda humanitaria que necesitan los venezolanos, y a pesar del dinero que maneja y ha manejado el Gobierno interino, no hay quien pague el envío a Venezuela. Los venezolanos que vivimos aquí en Estados Unidos pagamos, dependiendo de la frecuencia que lo requiera la familia, para enviar cajas de comida y otros insumos. Cada uno de nosotros asumimos la responsabilidad con los nuestros, pero para ellos, para Voluntad Popular, los venezolanos no son su responsabilidad. La responsabilidad que han asumido es con ellos mismos. Todos, absolutamente todos, están viviendo mucho mejor desde que Guaidó es presidente interino. Esto en medio de las condiciones adversas a nivel económico que vive el mundo entero…ni se diga Venezuela, el único país con una dictadura comunista, dónde la oposición mejora su nivel y calidad de vida en contraste con el empobrecimiento de los ciudadanos a los que dice representar.
Pero uno de los daños más imperdonables que Voluntad Popular le ha hecho a la Democracia, es la compra de medios y periodistas para colocarlos al servicio de la política mafiosa y de los mafiosos políticos. Para ello se ha invertido mucho del dinero que debió tener como destino el Cese de la Usurpación y el rescate de una población hambreada y abandonada.
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