La estatal petrolera venezolana PDVSA comenzó a transferir el crudo que mantiene la instalación flotante Nabarima en alta mar, específicamente en el Golfo de Paria, entre Venezuela y Trinidad y Tobago.
De acuerdo con información de Reuters, dos personas familiarizadas con el asunto dijeron el martes que el buque petrolero empezó a ser descargado luego de las diversas denuncias por un posible derrame.
Asimismo, las fuentes explicaron que este apenas fue el primer traslado de varios que deben hacerse desde Nabarima hasta la barcaza Inmaculada, que sería el que trasladaría el petróleo fuera de alta mar.
Sin embargo, esta embarcación suplente luego pasaría el crudo a la embarcación de PDVSA, Ícaro, en un procedimiento que se espera que tarde semanas en completarse.
“La Inmaculada transportará el crudo al tanquero de PDVSA, Ícaro, un proceso que se espera lleve semanas… Los datos de seguimiento de Refinitiv Eikon muestran que el Ícaro navegó hacia Nabarima el martes por la mañana y ancló en el Golfo de Paria, cerca de la plataforma petrolera”, reportó Reuters.
En esta línea, otras fuentes aseguran que la operación tomará hasta dos meses, debido a que la barcaza retira 30.000 barriles por día y el Nabarima contiene alrededor de 1,3 millones de barriles de crudo.
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El riesgo que tuvo el Nabarima
Entre septiembre y octubre circularon en redes sociales fotos del buque Nabarima en una situación con amenaza de derrame. Pues, la embarcación se encontraba inoperativa en alta mar y hundida por uno de sus lados, cuestión que representaba, en cualquier momento, un riesgo de derrame petrolero en aguas venezolanas.
Todo esto sumado a los diversos derrames que, gracias a la inacción del régimen de Maduro y a las precarias condiciones de refinerías como El Palito, han afectado las costas del país y han puesto en peligro a la flora, la fauna y al ambiente en sí.
Por esta razón, luego de difundir las imágenes y conocer el peligro ambiental que generaba el Nabarima se prendieron las alarmas sobre un posible derrame y PDVSA corrigió la inclinación del buque y dijo que la embarcación, parte de la empresa conjunta Petrosucre con la italiana ENI SpA, “estaba en condiciones satisfactorias”.
No obstante, según la agencia de noticias mencionada, representantes trinitarios dijeron en octubre que “si bien estaban satisfechos de que el Nabarima estaba en condición estable, el proceso de descarga presentaba riesgos”.
Es por ello que hasta que el Nabarima no esté desalojado por completo del crudo, la operación sigue amenazando el ambiente.
Las sanciones de EEUU hacia PDVSA
La estatal petrolera ha sufrido durante años problemas de flujo de caja que han impactado en el mantenimiento de su infraestructura, refinerías y demás, en medio de la terrible una crisis económica que vive la nación.
Al mismo tiempo, las sanciones de Estados Unidos hacia la compañía han evitado que diversas compañías del mundo negocien con el régimen por temor a ser sancionados por la potencia norteamericana.
Esto, ya que la política de la administración de Trump ha buscado presionar la salida de Nicolás Maduro obstaculizando cualquier operación internacional con este hasta lograr “asfixiarlo económicamente”.
Según Infobae “el propósito original del Nabarima era cargar petróleo pesado de un campo costa afuera operado por Petrosucre, una empresa conjunta entre PDVSA y la italiana Eni SpA”.
Pese a ello, explicaron que “la unidad de almacenamiento flotante ha estado en el limbo desde principios de 2019, después de que EEUU atacara a la industria petrolera. La producción se detuvo poco después y ningún cliente ha estado dispuesto a tomar su carga por temor a infringir las sanciones”.
Finalmente, con este caso se evidencia la presión de EEUU ya que ninguna compañía quiso aceptar la descarga de Nabarima, aún desde las denuncias de septiembre y octubre, hasta que EEUU no autorizara que, quien fuese el que lo iría a descargar, no iba a estar sujeto a sanciones estadounidenses.