
Más de 100 personas murieron y más de 4.000 resultaron heridas tras las dos explosiones ocurridas en el puerto de Beirut este martes. Además, más de 300 mil se han quedado sin techo tras la tragedia que devastó urbanizaciones enteras de la ciudad.
Este miércoles, un día después de la explosión, los socorristas continúan buscando más víctimas en medio de las ruinas humeantes. El personal de rescate, con la ayuda de guardias de seguridad, buscaron toda la noche a supervivientes o muertos atrapados bajo los escombros.
La capital del Líbano ha sido declarada ciudad “siniestrada”, la onda de choque generada por la explosión se sintió hasta la isla de Chipre, a más de 200 kilómetros de distancia.
Los hospitales de Beirut, que ya estaban enfrentando la pandemia del nuevo coronavirus, están saturados.
Según el gobierno, la causa de la tragedia está en un cargamento de 2750 toneladas de nitrato de amonio que estaba almacenado «sin medidas de precaución» en el puerto. El primer ministro, Hasan Diab, decretó para este miércoles un día de duelo nacional y prometió que los responsables, a quienes exhortó a quedarse en arresto domiciliario, “rendirán cuentas”.