Desde hace más de 10 años, los grandes clubes europeos han estado en una constante lucha contra el UEFA, el máximo ente del fútbol en Europa, ¿El motivo de la pelea? Pues fácil dinero. Los grandes equipos del viejo continente piden una mejor repartición de los ingresos generados en la Liga de Campeones de Europa o UEFA Champions League; a lo que se niega el ente. Esto ha generado la ruptura entre ambos factores y la creación de la Superliga de clubes.
Y en lugar de acercarse a un acuerdo entre las dos partes, ahora todo luce mucho más complicado. Según declaraciones de Andrea Agnelli, presidente de la Juventus de Turín y de la Asociación de Clubes Europeos (ECA): “los clubes de las dos competiciones de clubes más importantes de la UEFA se enfrentan a una rebaja de de 679 millones de dólares por concepto de derechos en la televisión que dejará de percibir la UEFA y tendrá un déficit de ingresos de 4.700 millones de dólares en los próximos dos años”.

El para nada alentador mensaje de Agnelli llegó a los oídos de los grandes clubes de Europa, quienes inmediatamente se pusieron a finiquitar todos los detalles para llevara a cabo un viejo anhelo, la Superliga de Clubes.
Conflicto de larga data
Estos dimes y diretes entre los directivos vienen de larga data, la UEFA plantó su postura de no exceder en sobremanera la repartición de ingresos por la máxima competencia de clubes del viejo continente. Hecho que llevó a los grandes clubes a aliarse y crear en 2008 la ECA (la Asociación de Clubes Europeos), ente propulsor y creador de la Superliga de Clubes.
Ya desde sus inicios esta Asociación de clubes tenía la idea de crear una gran competición que diera batalla a la Champions League y que les generara más réditos económicos. Así surgió la idea de la Superliga de clubes. Este torneo se jugaría entre semana para coincidir con la Liga de Campeones y cuenta con el respaldo del gigante financiero JP Morgan —con quien Florentino Pérez (uno de los principales propulsores de esta idea) tiene grandes relaciones—.

A diferencia del antaño torneo de clubes europeos, la Superliga se jugaría que a doble vuelta, al igual que ocurre en un campeonato doméstico y sería inviable jugar la la Champions y la Superliga.
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Siendo la UEFA el principal afectado con el nuevo torneo, ya que vería como se van algunos de los más relevantes equipos de futbol del viejo continente y que mayor rating generan al evento, como lo son: Real Madrid, Barcelona, Juventus, Milán, Inter, Liverpool, United, Bayern, Borussia Dortmund, PSG, Olympique de Marsella, Ajax, PSV y Oporto —miembros fundadores de la ECA—.
La UEFA también tiene su propuesta
En la temporada 2019-2020 la UEFA, al igual que todas las grandes instituciones deportivas del mundo, viven momentos muy complicados en cuanto a los aspectos económicos derivados del COVID-19. Tan solo en la temporada anterior la Champions League y la Europa League otorgaron entre ambas competiciones 1950 millones de euros o 2300 millones de dólares que dividirán entre los equipos, tanto por su participación, como por avanzar a cada una de las frases y por coeficientes de puntos.
Esta cifra de 2300 millones de dólares significaba un aumento de casi 50% respecto a lo que había repartido la UEFA en premios metálicos en el año 2018 (algo que igualmente los clubes consideraban injusto). Pero lo que venía en ascenso se detuvo y cayó estrepitosamente debido a la Pandemia. Ahora el descenso en premio metálico alcanzará 20% transcurrido los próximos 5 años.

Buscando aliarse y dejando sola a las ligas
Para no quedarse atrás la UEFA, en paralelo, trabaja en la realización de una reforma de su competición que buscaría ampliar el número de equipos presentes en el torneo a 40 y que contaría con el respaldo del banco Barclays —mismo patrocinante principal de la Premier League—, que se haría cargo de la inversión inicial estimada en 5.000 millones de euros. Además, según se ha informado a los clubes, el ganador de esta competición, que sustituiría a la Champions League y seguramente también a la Europa League, se embolsaría 2.000 millones de euros.
La UEFA sabe del peligro de perder a sus principales “actores”, los que más rating generan, por lo que esperan llegar a un acuerdo en común con la propuesta de ECA para iniciar un nuevo torneo. Sin embargo, el hecho de que tengan patrocinantes distintos puede entorpecer las negociaciones.
Pero el inicio de esta nueva competición también tendría un grave detrimento sobre las competiciones locales, que quedarían relegadas en un segundo plano y los equipos contemplando incluso poner a “plantillas B” para afrontar las ligas domesticas, dejando muy, pero muy rezagado a las copas locales. Lo que puede significar el fin de las ligas domesticas, que desde ningún punto de vista pueden competir con el poderío económico de las dos propuestas anteriores.