¿Qué duele más? ¿El desengaño amoroso o el desengaño político? Para los radicales, el segundo parece ser más fulminante. Darte cuenta que el líder político al que apoyaste y al que le diste tu voto, sea el de confianza o el electoral, no es lo que realmente creías desmonta toda tu cosmovisión.
Muchas personas se convierten en la oveja negra de la familia por creer fielmente en una ideología. ¿Cuántas familias no se han dejado de hablar por diferencias políticas? ¿Cuántos amigos no se han dejado de tratar por ser chavistas u opositores? Tan solo por poner un ejemplo.
La convicción política es determinante para los seres humanos. Desde el que la genera, como líder prominente, hasta los que deciden seguirla, como ciudadanos de a pie que compran las ideas y muchas veces terminan pagando altos costos por sus consecuencias.
Sin embargo hay una gran diferencia entre el líder y el ciudadano. Al momento de una convulsión política, el líder prominente toma su avión y se resguarda en algún lugar o país, que por muy malo que sea, lo recibe con “inmunidad”. Pero, ¿qué pasa con el líder comunal? Ese termina pagando las consecuencias de forma directa.
El famoso “rodilla en tierra” ya no aplica para muchos en Venezuela. Si acaso para algunos que, con ingenuidad o malicia, se aprovechan de las migajas de poder como líderes vecinales para socavar cualquier estructura ciudadana que exista.

El pasado 13 de octubre se viralizó un notorio video que demuestra cómo algunos vecinos, en su amplia necesidad y exigencia de servicios públicos de calidad, no conciben el “rodilla en tierra” de los “dirigentes y colectivos” que aun pasando la misma necesidad, se mantienen sumisos antes sus líderes prominentes.
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En dicho material, se ve, además, cómo un grupo de ciudadanos condenan las declaraciones de quien en medio de las necesidades asegura seguir estando “rodilla en tierra” con los causantes del desastre.
“Y yo no estoy rodilla en tierra con nadie, porque nadie está rodilla en tierra con nosotros aquí”, expresó el ciudadano protagonista del material audiovisual que se difundió en rechazo a las manipulaciones de los denominados “líderes comunales o vecinales”.
Justamente estos ciudadanos, los que se atreven, los que denuncian y los que se plantan frente a los abusos, son los que sí terminan siendo líderes de verdad que no se esconden entre migajas de un poder utópico. Esos que surgen del cansancio, de los constantes atropellos y que un día, sin lugar a dudas, explotan personalmente y asumen que “rodilla en tierra” no se debe vivir jamás.
Todo esto, mientras otros siguen apoyando a quienes desde hace mucho, cuidado y sino desde siempre, dejaron de tenerlos en cuenta.
Artículo basado en el segmento de Fuera Orden conducido por el internacionalista Daniel Lara Farías.