Este viernes, la Asamblea Nacional presidida por Juan Guaidó aprobó, en primera discusión, un proyecto de ley sobre su permanencia indefinida después del 5 de enero.
Todo esto lo realizaron mediante la reforma a la Ley del Estatuto para la Transición, según estipulada en el artículo 333 de la Constitución venezolana.
Dicho artículo de la Carta Magna estipula que “esta Constitución no perderá su vigencia si dejare de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”.

Partiendo de esto, el parlamento venezolano lo interpretó como un aval para basar su permanencia indefinida hasta que existan “elecciones libres y verificables”.
Es decir, la institución que encabeza legalmente Guaidó hasta el 5 de enero de 2021, argumentó que como las elecciones del 6 de diciembre no fueron transparentes, la Constitución ampara a los órganos electos en elecciones limpias (como el parlamento de 2015) y aprueba su permanencia hasta que los procesos sean realmente democráticos.
Asimismo, refuerzan sus argumentos apoyándose en la consulta popular que realizaron, alegando que los venezolanos desconocen a Maduro y apoyan la Asamblea Nacional que preside el interinato.
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Desde siempre este fue el plan directo del interinato venezolano, mantenerse en el poder y hacer lo que han hecho durante estos años, es decir, nada en concreto más que negociar y ser el aliado perfecto de Maduro, además de aprovecharse de la ayuda humanitaria para llenarse los bolsillos.
Pronunciamientos sobre la permanencia indefinida de la Asamblea Nacional
Omar Barboza, dirigente de Un Nuevo Tiempo, expresó en el debate que “la realidad es que no hay diputados electos legítimamente que puedan asumir el 5 de enero. No debemos entregarle nuestra legitimidad a quienes no la tienen”.
Por su parte, el parlamentario Sergio Vergara, de Voluntad Popular, dijo que “el evento realizado por la dictadura constituye un fraude y por esa razón no existen diputados electos para reemplazar a quienes fuimos elegidos en 2015”.
Entre tanto, Edgar Zambrano, de Acción Democrática, afirmó que la decisión de extender el mandato “es fundamental para acciones venideras”. Añadió que “será un ancla de las acciones de los sectores que creemos en la democracia, en la justicia y en la libertad. Es una decisión de avanzada, una decisión superior, una decisión de inteligencia política aprobar la continuación del mandato del parlamento”.
Juan Pablo Guanipa, de Primero Justicia, indicó “con esto le estamos diciendo al pueblo venezolano que seguimos dando la pelea para rescatar la soberanía popular y lograr elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables”.
Así pues, la posición de los parlamentarios está clara: autoproclamarse y mantenerse en el cargo para el próximo periodo hasta que se hagan nuevas elecciones transparentes, cuestión que con el régimen venezolano está más que complicado.
¿Esto solucionará los problemas de los venezolanos?
La respuesta a esta interrogante es no. Los políticos, sean de un lado o disfrazados de otro, siempre buscarán su permanencia en el poder y más en Venezuela donde el sistema de Justicia y el sistema Legislativo están tan golpeados.
La oposición hoy se decreta con un periodo indefinido, pese a vencerse legalmente el próximo 5 de enero, y vuelve a sacar del camino la lucha venezolana y el respeto por la Carta Magna.
A los venezolanos poco les importa quiénes estén en el parlamento, ya que solo les interesa obtener soluciones a los tantos problemas que se viven en el país y para los que ni Guaidó ni Maduro tendrán respuestas oportunas.