15 de septiembre: El Salvador se manifiesta contra el autoritarismo

Una amplia agitación unió a grupos salvadoreños tradicionalmente opuestos para protestar contra diversas medidas impuestas por el gobierno de Nayib Bukele.

El 15 de septiembre, en el marco del bicentenario de la independencia de España, las principales calles de San Salvador volvieron a ver marchar -al llamado de sus respectivas dirigencias- a manifestantes con gabacha blanca, uniformes de veteranos militares, zapatillas deportivas, pañuelos verdes pro aborto, biblias en mano o camisetas de San Romero de América. Cada uno llevaba sus propias consignas, pero sus demandas al gobierno de Nayib Bukele, uno de los presidentes más populares de América Latina, los unieron.

«Muchos de los sectores que se manifestaban lo hacían de forma pasiva porque, por un lado, podía haber cierto miedo a manifestarse contra el Gobierno y, por otro, sus intereses no se veían afectados de ninguna manera», explica Eduardo Escobar, director ejecutivo de la ONG Acción Ciudadana. «Las organizaciones que se manifiestan hoy han comprendido que, tarde o temprano, el miedo no servirá de nada, como tampoco lo hará permanecer pasivos ante los abusos del gobierno», dijo a DW.

«Es importante entender que la diversidad de organizaciones que se movilizan refleja el amplio abanico de posiciones que existen en la sociedad y el nivel de ciertas coincidencias. Sería importante que el gobierno reconociera esto: esta diversidad y malestar en la sociedad», dijo a DW Morena Herrera, líder de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local y de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto.

«Es necesario expresar la agitación social por cosas como la imposición del bitcoin -que afectará la economía de las familias-, los problemas de la deuda, la situación que se ha creado con la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia y la Fiscalía General, otros aspectos relacionados con el Instituto de Acceso a la Información Pública y la restricción de la libertad de expresión», enumera el activista Herrera.

El simbolismo del 15 de septiembre

Antes de la pandemia, este tipo de manifestaciones de rechazo a las políticas del gobierno actual se celebraban en fechas como el Primero de Mayo o el Día del Trabajo. El 15 de septiembre se reservó para las marchas militares, precedidas por bandas de estudiantes y bailarines con trajes tradicionales y banderas salvadoreñas.

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El gobierno anunció que presentaría sus propuestas de reforma constitucional el día de la independencia. Se pidió al Vicepresidente Félix Ulloa que dirigiera el equipo que redactó el documento con los cambios, y que presentara el texto a Bukele.

«El Gobierno ha construido una narrativa en torno a la ‘Nueva República’, según la cual todo lo que ha pasado antes -lo que han hecho los gobiernos anteriores, la actual Constitución, los acuerdos de paz- representa el mal, lo negativo, la corrupción, y que por tanto es necesario romper con eso y establecer una nueva forma de hacer política. Y qué mejor momento para hacerlo que durante el bicentenario de la República’, subrayó Escobar.

Según este relato, añade el abogado, «qué mejor momento que con una nueva Constitución y dejando atrás todas las anteriores». Es algo muy simbólico porque Bukele vive los pasos que da. En este caso, una Constitución es un hito jurídico-político, con el que diría ‘esta es mi Constitución y aquí empieza la nueva historia’, porque esta es la lógica de la acción de gobierno.

Sin embargo, Herrera quiere «separar esta manifestación del 15 de septiembre de las reformas constitucionales». «Me parece que son dos procesos y dos críticas diferentes», argumenta. «Hay organizaciones que tienen una posición sobre las reformas constitucionales y otras que tienen otra. Es una gran coincidencia con matices y es importante ver estos matices», insiste.

Explica: «En cuanto a las reformas constitucionales, una de las críticas que ya hemos transmitido a la vicepresidenta es la forma en que se está llevando a cabo el proceso. Por otro lado, nos parece que el alcance de las reformas tiene una importante trascendencia en la conformación del Estado y, en este sentido, creemos que debe estar sujeto a la búsqueda de consensos entre los distintos sectores de la sociedad. Algunas organizaciones han presentado propuestas a la Vicepresidenta, porque no queremos quedarnos callados ante un acontecimiento tan importante.