A los venezolanos nunca les sonó Monómeros hasta que en febrero del año 2019 se anunció que el presidente interino de Venezuela, Juan Guaidó, había tomado el control de la empresa.
Monómeros fue creada hace 53 años, y es la empresa que los petroleros consideraban afortunada porque “era la única que el chavismo no había podido destruir”. Esto debido a que los controles se encuentran en Colombia. En las entregas anteriores de esta investigación hemos explicado la alta estima de la que siempre gozó Monómeros en el mundo empresarial colombiano, y como generadora de empleo y motor de la economía en Barranquilla.
Colombia apoyó irrestrictamente a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, por lo que la toma de la empresa por parte de la Junta Ad Hoc designada por Juan Guaidó –aunque realmente quién decidió los nombres fue Leopoldo López- no tuvo ningún inconveniente. La mañana del 12 de abril del 2019, llegaron los nuevos directores a la sede de Monómeros.
Para el momento, Pedro Lugo era el Gerente General de la empresa y se entendió directamente con Humberto Calderón Berti, entonces representante de Guaidó en Colombia. El ambiente no fue hostil. Más bien privó la diplomacia. Anteriormente describimos que Lugo colaboró con la nueva junta de forma importante al lograr hacer respaldo de los datos de la empresa, y rescatar 17 millones de dólares evitando que llegaran a las arcas del Régimen.
Humberto Calderón Berti dio un discurso afable en el comedor de empleados de la empresa y luego la Junta Directiva se reunió con el Sindicato, cuyos representantes dijeron expresamente que aceptaban a la nueva directiva siempre y cuando se hicieran las cosas en beneficio de la empresa y sobre todo, que no se politizara Monómeros, pues según los propios trabajadores, lo que había permitido que Monómeros funcionara eficientemente, había sido que ni el chavismo había podido politizarla.
Comienza el guiso
El deseo de los trabajadores acerca de que la empresa no se politizara, ya se había incumplido antes de que los directores pisaran la sede de Monómeros, pues cada uno de los miembros eran cuota del G4, los cuatro partidos que forman la alianza con Guaidó: Voluntad Popular, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Primero Justicia.
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La primera Junta designada estaba conformada por:
Principales:
- Jon Bilbao (AD).
- José Alberto De Antonio (PJ).
- José Ignacio González (UNT).
- Yadid Jalaff (AD).
Suplentes:
- Tom Delfino.
- Freddy Goerke.
- Jorge Yánez.
- Mireya Ripanti.
- Ceimi Dayana.
- Martínez Budez.
En promedio, los miembros de esta primera Junta Directiva de Guaidó, a pesar de que fueron impuestos por los partidos, contaban con credenciales técnicas y gerenciales en la industria petroquímica y petrolera.
Yadid Jalaff no proviene de la industria petrolera. Es de profesión abogado pero muy bien relacionado con el sector comercial de Barranquilla, de manera que AD justificó su designación por la necesidad de que uno de los miembros de la Junta manejara estas materias pues el resto no conocían realmente el terreno.
Los miembros de la primera Junta Ad Hoc prácticamente no pudieron hacer su trabajo. Jon Bilbao, designado presidente de la Junta, un hombre ya en la década de los 70, vivía en Venezuela cuando se le pidió hacerse cargo del delicado tema. Bilbao accedió y se mudó a Barranquilla.
La mayoría de los miembros de la Junta Directiva formaban parte también del Comité Ejecutivo, excepto un personaje, llamado Ramón Crespo, de nacionalidad colombo-venezolana, a quien no se le invitaba a las reuniones de Junta Directiva.
Menos de un mes después de haber asumido Monómeros, la Junta es llamada a una reunión en Bogotá, en la que participaría el embajador Calderón Berti y los diputados de la Asamblea Nacional miembros de la Comisión de Energía y Petróleo, y otros que sin ser parte, también se presentaron…
Apenas asumió la nueva Junta AD Hoc, por la sede de Monómeros en Barranquilla desfiló toda clase de personajes que llegaban “en nombre de…” a pedir “tal contrato…”. Se presentaban emisarios de dirigentes del G4 con solicitud de dinero en efectivo o exigiendo contratos para empresas de maletín, todos con el argumento de: Esto es para la campaña de Julio Borges a la Presidencia. Esto es para la causa. Esto es para la campaña de Leopoldo López a la Presidencia…etc.
Dos de ellos fueron Oscar Ronderos y Bernabé Gutiérrez, ambos entonces muy cercanos a Henry Ramos Allup. Exigieron reunirse con Jon Bilbao y éste no los recibió. Al enterarse de la presencia de Ronderos y Gutiérrez en Barranquilla, Ramos Allup se comunicó con Bilbao para asegurarle que él no los había enviado: “¡El jefe de AD soy yo –chilló Ramos Allup- y no he enviado a nadie!”.

Entre los personajes que llegaron a Barranquilla al inicio de la gestión Guaidó, a presionar “en nombre de…”, destacó Alfredo Chirinos quien dijo representar Henry Ramos Allup. Se reunía con directivos y contratistas de Monómeros en Barranquilla para pedir coimas a cambio de mantenerlos dentro de la empresa y otorgarles nuevos contratos.
Alegaba además que todo iba al partido Acción Democrática que necesitaba financiamiento. Las reuniones se hacían en un conocido restaurante español en Barranquilla y en un hotel de lujo. Chirinos recibía el dinero y de Barranquilla volaba a Madrid. Hoy se encuentra viviendo como millonario en España, después de haber sido prácticamente el chofer de Henry Ramos Allup.

La famosa reunión del G4 y Monomeros
A la salida del cargo de Humberto Calderón Berti como representante de Juan Guaidó en Colombia, arrancó el rumor que nunca se convirtió en información, -porque no hubo una declaración oficial al respecto- de una reunión que se habría celebrado en Bogotá en la que representantes del G4 exigieron su cuota en los cargos, pero sobre todo en los contratos.
En la reunión estuvo presente Humberto Calderón Berti, y todos los miembros de la Junta Ad Hoc de Monómeros. Por la Asamblea Nacional Tomás Guanipa (PJ), Norah Bracho (UNT) Manuel Rosales y un asistente no identificado (UNT), Elías Mata (UNT) Jorge Millán (PJ) Luis Stefanelli (VP), Tobías Bolívar (AD).
La reunión estuvo realmente caldeada porque los diputados, especialmente Elías Mata y Jorge Millán, se dirigieron a los directivos de Monómeros de manera irrespetuosa. Les gritaron y los trataron como subalternos desobedientes.
Elías Mata particularmente le reclamó a José Alberto De Antonio, quien estaba en la Gerencia de Finanzas además de pertenecer a la Junta, que le había enviado a una persona para Barranquilla con el fin de que lo contrataran para instalar el sistema SAP de Monómeros y “no lo habían obedecido”.
De Antonio le respondió que no lo irrespetara, pues él pertenece a la Gente del Petróleo, es decir, a la PDVSA previa a Hugo Chávez, en dónde se hacían las cosas correctamente y los contratos se otorgaban por licitación, y aclaró que el enviado de Elías Mata no llevó los recaudos mínimos indispensables para solicitar un contrato tan importante.
Stefanelli pidió respeto a sus colegas y el diputado Bolívar incluso se salió de la reunión.
La intervención de Manuel Rosales ha sido muy comentada, pero todas las informaciones se reducen a la molestia de Rosales porque no se le adjudicó cierto contrato. La realidad es que Rosales reclamó que un sujeto llamado Ramón Crespo, que formaba parte del Comité Directivo, no era convocado a las reuniones de Junta Directiva. Rosales exigió tomar en cuenta a Ramón Crespo.
Lo que pudiera parecer una cuota insignificante que Rosales pidió a Monómeros, es en realidad la punta del iceberg de esta investigación, pues Ramón Crespo, quien ahora sabemos representa entre otras cosas los intereses del Grupo de Rosales (del cual forma parte Tobías Carrero y Alberto Federico Ravell), anda detrás de la gallina de los huevos de oro. En la edición de mañana lo explicaremos detalladamente.

Una Junta fugaz
La primera junta directiva Ad Hoc se diluyó fugazmente. Fueron pocos meses resistiendo presiones de todo tipo, incluso de personajes que se presentaban a chantajear so pena de hablar con uno u otro jefe de partido para que los destituyeran.
El primer escándalo fue el de las dietas que se pagaban a los miembros de la Junta Directiva por cada reunión. En Monómeros, la Junta Directiva se reúne 3 veces al año y recibían un pago de 3 mil dólares cada uno. La Junta Ad Hoc se estaba reuniendo tres veces a la semana cobrando los mismos 3 mil dólares. Es decir, cada miembro cobraba 9 mil dólares semanales.
Jon Bilbao propuso reducir el número de juntas a dos al mes mientras se reestructuraba la empresa y bajar la dieta de 3 mil a 1500, pero Carmen Elisa Hernández se opuso. A pesar de que Jon Bilbao era el Gerente General, Carmen Elisa Hernández se imponía siempre sobre sus decisiones y la razón que esgrimía, es que ella recibía y ejecutaba las órdenes de Leopoldo López.
Bilbao había cuestionado por ejemplo, que Carmen Elisa Hernández quería ser miembro de la Junta Directiva, Directora y además se había creado una gerencia Corporativa, pretendiendo cobrar por los tres cargos. Finalmente Hernández, a pesar de no tener la autoridad para ello, nombró Gerente General a Jorge Yánez (quien entró ganando un sueldo de 20 mil dólares mensuales) y bajó a Bilbao al directorio.
A los pocos días Bilbao renunció, y se vio obligado a quedarse en Colombia, sin trabajo, pues el Régimen allanó hasta su casa en Venezuela después que él aceptó el cargo en Monómeros. Yánez tampoco duró mucho y con la pandemia tomó un vuelo humanitario hacia España donde permanece.
Las presiones a los directivos y personal de gerencia media eran tales que debían obedecer. Si no lo hacían, simplemente serían despedidos. Esto incluso llevó a los afectados a convocar al Comité de Recursos Humanos por denuncias de acoso laboral incluso a personal colombiano. En vista de no acatar dichas órdenes se dan innumerables cambios de Junta y Gerencia general, Gerencia comercial, financiera, suministros y auditoría.
La Junta Directiva ha sido cambiada varias veces como consta en los registros de la Cámara de Comercio de Barranquilla. Estos cambios obedecieron a nombramientos por intereses políticos, lo cual es una incoherencia en la cultura organizacional de la empresa.
De la Junta original, sólo queda Carmen Elisa Hernández quien, por decisión de Leopoldo López, es la presidenta.Ramón Crespo, tal como lo exigió Manuel Rosales en la famosa reunión en Bogotá, pasó a formar parte de la Junta Directiva de Monómeros, y el Gerente General actualmente es Gustavo Sol, quien al llegar a las instalaciones de Monómeros comentó abiertamente: “Mi experiencia en agricultura es que tengo una siembra de cerezas en casa”.
Ninguno de los que maneja actualmente Monómeros tiene experiencia en Petroquímica e Fertilizantes, una materia muy específica. Pero todos le responden a Leopoldo López.
Un personaje que es nadie pero está en todo
Desde abril de este año, está en Monómeros un personaje llamado Jorge Pacheco, relacionado con Voluntad Popular y que está en permanente comunicación con Yon Goicoechea. No está en la nómina de la empresa, no es personal de Monómeros, pero tiene carnet de Monómeros.

Entra a las instalaciones por la puerta de los directores, no tiene sueldo asignado pero viaja con pasajes, viajes y gastos pagados por Monómeros. Vive con toda la familia en Barranquilla. Nadie sabe cuál es su función, pero todos los empleados administrativos, de las áreas de producción, proyectos y comercial de Monómeros, han viajado con Pacheco por todo el país, y dan testimonio de que es él quien actúa definiendo contratos, y recibe el 10 por ciento. Pacheco siempre argumenta que sus relaciones políticas en Colombia son importantes para Monómeros.
Toda la investigación sobre Monómeros
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