Opinión
Finalmente Joe Biden se juramentó como Presidente de los Estados Unidos luego de un muy probable fraude electoral. Regresa a la Casa Blanca la misma clase política que ha gobernado —más no representado— al pueblo norteamericano en las últimas décadas.
Con tintes aceleracionistas, la administración de Biden no ha esperado ni un día para establecer un paquete de órdenes ejecutivas que además de revertir las políticas del expresidente Trump, envían una fuerte señal del tipo de gobierno que le espera a los estadounidenses en los próximos años —así como a los pueblos del mundo bajo la influencia de la hegemonía norteamericana—.
No se había visto en la historia moderna de EE.UU. una cantidad tan amplia de medidas en menos de 24 horas de asumida una nueva Presidencia. Conoce alguna de las nuevas políticas que entraron o entrarán pronto en vigencia por parte del partido de gobierno estadounidense:
Vuelve EE.UU. a la OMS
Se revierte la decisión de Trump de retirarse de la Organización Mundial de la Salud. Esta decisión estuvo motivada a la serie de negligencias y contradicciones de este organismo en torno al fenómeno del coronavirus en 2020, sumado a su beligerancia contra Estados Unidos que contrastaba con su benevolencia con China.
Esto ocurría pese a las importante sumas de dinero público que destinaba EE.UU. a la OMS, que bien podría catalogarse desde hace un tiempo como un centro de lobby de grandes farmacéuticas y clanes multimillonarios, antes que una institución global que vela por la salud del público. La medida incluye la incorporación de Anthony Fauci —empleado de Bill Gates vinculado a más de un escándalo médico— como cabeza de la nueva delegación de EE.UU. ante dicho organismo global.
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Se detiene la construcción del muro en la frontera con México
Biden ordenó culminar la declaración de emergencia nacional de Trump en la frontera con México, suspender los fondos para la construcción del muro y paralizar su construcción dentro de siete días. Esto pese reportes de que el contrato a la compañía constructora ya había sido pagado.
¿Quién se beneficia de medidas como esta? Las grandes corporaciones que desean mano de obra barata y las mafias del tráfico ilegal de personas a través de la frontera. ¿Quiénes pierden? Los estratos más bajos de trabajadores estadounidenses que seguirán viendo afectados sus salarios y puestos de empleo.
Agenda transgénero, guerra contra la biología
Además de la selección de una mujer transexual como subsecretaria de Salud, Biden promulgó una orden ejecutiva con el fin de reactivar la agenda sexodiversa que viene desde Obama cuyo fin es “restaurar el acceso de estudiantes transgéneros a los deportes, baños y vestuarios de acuerdo con su identidad de género”, entre otros objetivos delimitados en el sitio web oficial de Biden.
Lo que esto realmente significa es que a los niños que se identifiquen como niñas se les debe permitir participar en competiciones deportivas femeninas, que a los hombres que se identifiquen como mujeres se les debe permitir que ingresen a lugares exclusivos para mujeres como los sanitarios, y que el sistema de salud pagará por procedimientos de “transición de género”, junto con la obligatoriedad que hospitales y médicos los lleven a cabo aunque su criterio médico se los contraindique.
Regresa EE.UU. al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático
Dentro de los próximos 30 días el país norteamericano se reincorporará al Acuerdo de París sobre el Cambio Climático. “Aceptaré cada artículo y cláusula del Acuerdo en nombre de los Estados Unidos”, rezaba la declaración de Biden. Trump anunció sus intenciones de retirarse de este convenio internacional en 2017, aunque no se concretó hasta noviembre de 2020.
Los argumentos del expresidente para retirarse: “El Acuerdo de París es el último ejemplo de cómo Washington se mete dentro de un convenio que desfavorece a los Estados Unidos para el beneficio exclusivo de otros países, dejando que los trabajadores americanos y los contribuyentes absorban el costo en términos de pérdida de empleos, bajos salarios, fábricas desmanteladas y disminución de la producción económica”.
Un convenio como este obliga a los países tomar una serie de medidas sin sustento científico, que no impactan realmente el medio ambiente mientras perjudican la economía y restringen el desarrollo de energías realmente sostenibles. Adicional a esto, el Acuerdo y sus miembros son sumamente benevolentes con China y su emisión de gases de efecto invernadero.
Un buen ejemplo de esto es la remoción por parte de Biden del permiso para la construcción del gasoducto de Keystone debido a un supuesto ambientalismo a favor de otros tipos de energías “limpias”. Esta reciente medida que se incorpora al paquete de políticas nuevas acaba de golpe con miles de empleos en la zona.
Más bozales y restricciones en torno al coronavirus
Biden también firmó una orden que exige que las personas siempre usen mascarillas y mantengan distanciamiento social en todos los edificios gubernamentales, al igual que en los aeropuertos. Igualmente anunció el lanzamiento del “Desafío de 100 días con mascarilla”, para promover —no se sabe aún si obligar— que todos los estadounidenses usen barbijos cuando salgan de sus casas. Vale señalar que no hay bases científicas que sustenten la necesidad de uso de mascarillas por parte de individuos sanos, así como su eficacia en prevenir la propagación del virus.
De igual manera, entre las nuevas medidas está la obligatoriedad de cuarentena para aquellas personas que lleguen a Estados Unidos desde otros países. Asimismo, creará un equipo “de respuesta ante el COVID-19” que será reintegrado dentro del Consejo de Seguridad Nacional. “La pandemia se seguirá empeorando antes de que mejore”, dijo Jezz Zients, nuevo “especialista” en coronavirus dentro de la Casa Blanca.
Promoción propaganda contra los blancos
Por otro lado, la administración de Biden anunció una serie de acciones ejecutivas que abren la puerta para la institucionalización en el Gobierno de la llamada «teoría crítica de la raza». Se trataría de un conjunto de medidas para «promover la igualdad racial», sobre la falsa narrativa de que hoy día la mayoría de los americanos de piel negra y otras «minorías» sufren de una discriminación sistemática por parte de la población blanca.
La declaración anunciando estas medidas asevera: «El presidente firmará una Orden Ejecutiva para iniciar la labor con el fin de incorporar la equidad a través de las políticas federales y despojar de nuestros programas e instituciones el racismo sistémico y otras barreras para las oportunidades».
Remoción de restricciones migratorias a países islámicos
El nuevo presidente de los EEUU emitió una orden ejecutiva que deroga las restricciones de entrada a suelo norteamericano a aquellos ciudadanos de siete países específicos de mayoría musulmana.
Estas restricciones fueron establecidas por Trump a inicios de su mandato con el argumento de la lucha contra el terrorismo islámico. Biden ordenó al Departamento de Estado reiniciar los procesamientos de visa para los miembros de los países afectados, así como buscar la manera de mitigar “el daño causado” a quienes no pudieron venir a los Estados Unidos como resultado de esta prohibición.
Más llamados a la inmigración en masa
Asimismo, Biden también firmó una orden ejecutiva que busca revocar las “duras y extremas” políticas migratorias de Trump y pide a las agencias establecer medidas migratorias en “línea” con los “valores de la administración”. Esto comprende la inclusión de inmigrantes ilegales en el censo nacional, el regreso del financiamiento gubernamental a ciudades que protegen la inmigración ilegal, una pausa de 100 días a casi cualquier tipo de deportación del país y el fortalecimiento y preservación de DACA.
De nuevo debe señalarse que desde hace décadas la inmigración masiva e ilegal a Estados Unidos solo ha perjudicado a los estratos más bajos de la clase trabajadora, del mismo modo que afecta la cohesión social de la población cuando provienen de países con culturas muy diferentes a la norteamericana. Este tipo de medidas en pro de la inmigración ya ha generado la aparición de una nueva caravana de migrantes.